El último trabajo estrenado de Federico Luppi es Nieve negra (2017), coproducción hispano-argentina en la que desempeña un papel más secundario que el de Ricardo Darín y Leonardo Sbaraglia. A estos dos actores los podemos considerar sucesores de Luppi en el trasvase permanente de intérpretes argentinos afincados o habituados a trabajar en el cine español, hipotética frontera, bendecida por el mismo idioma con matices, que ya dinamitó en los 70 Héctor Alterio.

Desde entonces, la figura del actor argentino en el cine español ha sido una constante, por exilio o por elección propia. Luppi la elevó a los altares. Debutó a mediados de los 60 en su país, en películas firmadas por Rodolfo Kuhn, Leonardo Favio y Raúl de la Torre, y aunque descolló en algunos trabajos firmes de Héctor Olivera, caso de La Patagonia rebelde (1974), prohibida durante la dictadura argentina, Luppi empezó a destacar para muchos cuando protagonizó con José Sacristán y Cecilia Roth la coproducción Un lugar en el mundo (1992), una suerte de wéstern ambientado en un valle puntano que habla de la realidad argentina de aquellos años.

Un lugar en el mundo lleva la firma de Adolfo Aristarain, otro de los cineastas argentinos afincados en el cine español, y con quien Luppi ya había trabajado varias veces en el país natal de ambos: Tiempos de revancha (1981) y Últimos días de la víctima (1982) acreditaron una buena entente entre ambos. Aunque siguió prodigándose en el cine de producción española -Éxtasis (1995), de Mariano Barroso, Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), de Agustín Díaz Yáñez- y por supuesto en el argentino -Caballos salvajes (1995) de Marcelo Piñeyro, Lugares comunes (2002), de Aristarain-, uno de los mejores trabajos de Luppi fue en el cine mexicano, en el debut de Guillermo del Toro tras la cámara, la vampírica Cronos (1993), donde el actor ayer fallecido demostró una mayor versatilidad. No es de extrañar que Del Toro volviera a contar con él para sus mezclas de fantástico y guerra y posguerra civil española, El espinazo del diablo (2001) y El laberinto del fauno (2006).