Encantados y felices. Así reaccionaron el Príncipe de Asturias y sus padres, Juan Carlos y Sofía, ante la noticia de la llegada de otra niña al seno de la Familia Real. Un bebé que ya trae un pan bajo el brazo porque permite aplazar un debate que "ya estaba en la calle", según afirmó ayer Felipe en Toledo, en donde presidió la inauguración del 9º Congreso Estatal del Voluntariado. Esta es la primera vez que se da a conocer el sexo de un bebé en la Familia Real.

En el primer embarazo de Letizia Ortiz, la Casa Real insistió en que se desconocía el sexo del bebé. Mantener esta afirmación, además de poco creíble, hubiera atizado el debate sobre esa excepción constitucional que privilegia al hombre sobre la mujer en la cúpula del Estado.

Un alud de periodistas esperaba ayer en Toledo a Felipe. Fiel a su autodefinición de "servidor del Estado", el Príncipe agregó ayer en Toledo que la modificación constitucional no es de su competencia, sino que corresponde al Gobierno y al Parlamento "tomar cartas en el asunto, siempre con el mayor consenso posible".

Tanto en el embarazo de Leonor como en el actual, la Casa Real ha restado urgencia a la reforma, ya que la sucesión está garantizada con el Príncipe de Asturias. La satisfacción del Rey ante el noticia de que sería niña fue expresada escuetamente. En Málaga, tras inaugurar una fábrica, dijo estar "muy contento". La reina mostró abiertamente su alegría tras un acto contra la drogadicción en Madrid.