Fogwill (Buenos Aires, 1941), así a secas, es el nombre de pluma de uno de los grandes escritores de Argentina. "El segundo o el tercero en estos momentos", aclara. Su narrativa la atraviesan las marcas que han dejado los años de las quimeras revolucionarias, la posterior dictadura (1976-83), la guerra de las Malvinas y la derrota militar que aceleró el retorno a la democracia.

El autor ha auscultado ese tiempo como pocos, lanzando siempre interrogantes provocadores. La conversación, en un bar bonaerenses, gira alrededor de Un guión para Artkino , que ha editado la extremeña Periférica. Es una nouvelle sobre un universo paralelo en el que Argentina está integrada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Fogwill la escribió en 1977.

Creyó olvidado el manuscrito hasta su reciente rescate. Cuenta que la historia surgió de un episodio real, tan desgarrador como absurdo: la muerte de dos militantes de un grupo maoísta en manos de bandas represivas. Ellos creían ser perseguidos por los soviéticos. Todo delirio, sugiere Fogwill, puede arrojar una dosis de verdad. Por esos años, las relaciones entre Moscú y Pekín eran muy tensas y la dictadura argentina tenía un vínculo muy ambiguo con la URSS, que en 1979 se convirtió en el primer comprador del trigo argentino. "Los militares trataron de realizar una masacre sin enojar a los rusos, y lo lograron".

En ese contexto el escritor imaginó una Argentina cruel gobernada por El Partido. Un guión para Artkino trabaja con la jerga de los viejos manuales de marxismo-leninismo, exprime esa vulgata. En la obra, los argentinos del nuevo sistema comunista, tienen una prohibición impuesta desde Moscú: no se pueden teñir el cabello. A cambio, gozarán de la prerrogativa de conservar el pasado histórico.

REVOLUCION OLVIDADA Fogwill sostiene que, en 1976, después del golpe de Estado, "nadie" se acordaba en Argentina de la guerrilla. Los que se "habían emocionado" con la liberación de los presos políticos, tres años antes, "compraban dólares baratos para viajar a Miami". Así funcionó buena parte de la clase media.

Sin embargo, Fogwill estima que hay algo que excede a ese sector social tan volátil en sus opiniones. Está convencido de que en Argentina no se ha comprendido aún en toda su profundidad lo que fue la dictadura y la guerra perdida ante Gran Bretaña. Por eso piensa que este es un libro problemático, del cual "la prensa cultural de Buenos Aires no habla". Todo lo contrario de lo que ocurre en el exterior.