Rojo por todas partes y en distintas tonalidades --carmesí, escarlata y fucsia-- es la apuesta de Laura Bush para la decoración navideña de la Casa Blanca. Como todos los años, la residencia presidencial ha abierto sus puertas para mostrar a miles de visitantes la tradicional parafernalia navideña, entre la que está incluida una réplica de la mansión en pan de jengibre y un gigantesco abeto. La elección del rojo tiene su origen en la habitación roja de la Casa Blanca, que, según explicó Laura Bush, "es la sala donde las primeras damas han servido el té tradicionalmente". El rojo también es el color por el que se identifica al Partido Republicano.

La primera dama de EEUU dio la bienvenida a los visitantes con una larga mesa llena de deliciosos manjares. Durante el mes de diciembre, se celebrarán 24 fiestas en la Casa Blanca. Casi dos toneladas de gambas, otras tantas de pinzas de cangrejo, 300 metros de guirnaldas, 17 árboles de Navidad y 5.000 tartas recibirán a los cerca de 10.000 invitados a los eventos previstos. Para surtir el menú, la familia Bush ha apostado por ofrecer algunos de su platos favoritos: filete de pollo frito en su salsa, cóctel de gambas y soufflé de batata.