El escritor, periodista y guionista madrileño Isaac Montero, Premio de la Crítica 1998 por la novela Ladrón de lunas e identificado con el realismo crítico, ha muerto en Madrid a los 71 años, según confirmó el Tanatorio de la M-30.

Fernando-Isaac Hernández Montero, que será enterrado hoy en el cementerio civil de La Almudena, se consideraba políticamente cercano al Partido Comunista y a finales de los años cincuenta participó en la creación de la revista Acento Cultural , de donde pasó a la sección de internacional del diario Pueblo , en el que permaneció dos años.

Trabajó en publicidad y en 1964 ganó el premio Sésamo de novela corta por Una cuestión privada . Su primera novela, Alrededor de un día de abril , fue secuestrada por la censura, antes de que se distribuyese en las librerías, y no vio la luz hasta la primavera de 1981.

Identificado con el realismo crítico, en su obra narrativa destaca la serie de novelas Documentos secretos , realizadas en el mundo de la ficción y cuyos primeros volúmenes aparecieron en 1972, (Al-borak ); 1974 (Los árboles y ropa de vestir ); y 1978 (Necesidad de un nombre propio ). En 1979 publico la novela Arte real , a la que siguieron, entre otras, Pájaro en una tormenta (1985); Juegos de luz (1988), Ladrón de lunas (1998), La fuga del mar (2000) y El lobo cansado (2007).

Montero era hijo de maestros y estudió en el madrileño colegio de los Agustinos del Buen Consejo. Ingresó en 1956 en la Escuela Oficial de Periodismo, donde se decantó por la tarea del comentario y la investigación social, aunque, posteriormente, continuó estudios de Derecho y Filosofía y Letras

Su vocación como escritor se inició tras la muerte de su padre, cuando Montero tenía doce años. En esa época escribió sus primeros poemas y en 1957 obtuvo el Premio Sésamo de Cuentos, en su VIII edición.

Valorado por la crítica, pero no muy conocido popularmente, Isaac Montero escribió un buen número de comedias y numerosos guiones de ficción para televisión.

Montero era partidario de huir del éxito "a toda costa", para buscar un "equilibrio con el que saber lo que se puede ceder para no estropear lo que se quiere hacer". El escritor hizo esta afirmación poco después de ganar el Premio de la Crítica de 1998 con Ladrón de lunas , una novela de mentiras y dobles personalidades en la España de la posguerra. "Era un escritor nato que vivía por y para la literatura. Necesitaba escribir, no podía hacer otra cosa", afirmó el escritor Juan Mollá al conocer la noticia de la muerte de Montero.