Esta ruta permitirá al viajero conocer algunas de las principales muestras artísticas de un período histórico de gran trascendencia para el territorio extremeño como es el visigodo. De hecho, no se puede olvidar que el territorio que hoy en día conocemos con el nombre de antigua Lusitania estuvo durante tres siglos bajo el dominio de los visigodos, haciendo de Mérida (entonces capital de la provincia romana lusitana), en el siglo V y sobre todo el VI, uno de los centros políticos y religiosos más importantes de la Península Ibérica. Más tarde, concretamente, a finales de esta última centuria, Toledo pasará a ser la capital del reino visigodo peninsular.

El dominio visigodo de Extremadura, y en concreto de Mérida, convertirá a ésta desde el año 469 en un centro estratégico de la Hispania visigoda y en un importante foco, no solo político y religioso, sino también artístico, surgiendo desde estas tierras interesantes muestras artísticas, con claras influencias romano-cristianas y de bellas formas bizantinas,orientales y africanas, que a su vez marcarán estilísticamente al resto del reino visigodo español, lo que se conoce también con el nombre de arte hispano-visigodo.

Sin embargo, estas muestras artísticas, fundamentalmente de carácter religioso (basílicas o baptisterios) lamentablemente se han perdido en su inmensa mayoría, conservándose, no obstante, multitud de esculturas labradas y elementos arquitectónicos pertenecientes a numerosas edificaciones religiosas rurales y algunas en la capital emeritense.

Para comenzar esta ruta nada mejor que hacerlo en la ciudad de Mérida, donde el viajero puede visitar su Museo de Arte Visigodo situado en la calle Santa Clara, en el antiguo edificio que fue sede del museo arqueológico y que también guardó entre sus paredes importantes piezas de arte romano, hoy expuestas en el Nacional de Arte Romano.

Este museo Visigodo dispone de un fondo de más de un millar de pieza, exponiéndose en sus salas y vitrinas unas extraordinarias colecciones de pilastras, canceles, tenantes, capiteles, frisos, hornacinas.... abundando en todas ellas un marcado carácter simbólico, propias de este estilo artístico, a base de racimos de vid y pavos reales, entre otros.

Las procedencias

Muchas de las obras exhibidas provienen de edificios de la Mérida hispano-visigoda o bien de los hallazgos arqueológicos realizados en la comarca emeritense, donde proliferaron basílicas y baptisterios, como la cercana Casa Herrera, a poca distancia de Mérida, con dos ábsides contrapuestos, o de San Pedro de Mérida, cubierta ya con bóveda, de las cuales se conservan tan solo sus plantas recuperadas tras interesantes excavaciones.

Desde el museo hay que acercarse a la concatedral de Santa María para conocer el lugar donde estuvo la catedral hispano-visigoda, la llamada ecclesia senior de Santa María o Santa Jerusalén, de la que no queda actualmente vestigio alguno, como pudiera ser su palacio episcopal, anexo y de gran importancia religiosa en aquella época.

En la alcazaba, a pocos metros de la concatedral, se puede ver en la entrada y en el interior de su aljibe, un buen ejemplo de reutilización de hermosas pilastras visigodas.

Además, en la actual basílica de Santa Eulalia, mártir y patrona emeritense muerta en época romana hacia el año 303 dC., se hicieron una serie de ampliaciones y construcciones sobre el que fuera el primitivo templo martirial del siglo IV, obra encargada a hacer por el obispo Fidel hacia el año 570.

Estas construcciones, de marcado estilo hispano-visigodo, traerían consigo una nueva estructura basilical con tres naves, donde se pone de manifiesto la existencia de la bóveda realizada en piedra, que indica una clara influencia oriental. A partir del siglo XIII se realizarían nuevas modificaciones que le darían su actual aspecto, donde el románico y el gótico prevalecen sobre otros estilos artísticos.

Las excavaciones hechas entre 1990 y 1992 propiciaron el descubrimiento de un impresionante conjunto de restos arqueológicos, incluida una cripta cristiana de los siglos anteriores a la edificación visigoda. Gracias a estos hallazgos y a su magnífica adaptación para ser visitados, podemos tener una visión en conjunto de lo que pudo ser este histórico y especial lugar a través de los siglos, con excelentes muestras paleocristianas y visigodas.

A raíz de las citadas excavaciones, se exponen igualmente en la basílica una interesante colección de hallazgos arqueológicos. A unos 300 metros del templo se puede visitar el que fuera Xenodochium del siglo VI, dependiente del episcopado emeritense. Este albergue-hospital se fundó con el beneplácito del obispo Mausona, para atender a peregrinos y personas sin medios económicos, siendo la única construcción no litúrgica existente hoy día de época visigoda en España.

Encinas y alcornocales

Como mejor ejemplo de una construcción rural de época hispano-visigoda en Extremadura hay que citar la basílica de Santa Lucía en Alcuéscar, localidad a mitad de camino de Mérida y Cáceres, y que a juicio de muchos expertos, es uno de los mejores exponentes de construcción religiosa hispano-visigoda de la Península.

Esta basílica, situada a unos kilómetros del núcleo urbano de Alcúescar, se encuentra en un bello paraje entre encinares y alcornocales, fijándose su construcción hacia el segundo tercio del siglo VII dC. La iglesia, que fue parte de un monasterio, conserva buena parte de su estructura original, pudiéndose observar aún su nave transversal y su primitiva cabecera. Al ser, como ya se ha mencionado, parte de un monasterio, disponía de un espacio dedicado al coro para el clero, situado entre el crucero y las naves dedicadas a los fieles.

El material utilizado para su construcción fue la mampostería, cubierta de estuco, aunque hoy desaparecido, al igual que los mármoles que adornarían gran parte del interior.

Además de poder visitar y conocer estas muestras artísticas de época hispano-visigoda conservadas en Mérida y Alcuéscar, a través de los años se han ido haciendo otras excavaciones que van permitiendo comprobar que el arte visigodo estuvo presente en nuestras localidades extremeñas, aunque prevaleciendo más en la zona meridional de la región que en la septentrional.

La mayoría de estos descubrimientos provienen, como ya se ha citado antes, de edificios religiosos o bien de necrópolis de época visigoda, muchos de los cuales se encuentran expuestos en el Museo Arqueólogico Provincial de Badajoz, en el Museo Provincial de Cáceres, o bien en el Arqueológico Nacional, en Madrid, como sucede con algunas piezas de la localidad pacense de Puebla de la Reina.

Ciudad de Badajoz

Mención destacada merece la ciudad de Badajoz, importante núcleo visigodo en cuyo alcázar han hallado un buen número de piezas de esta época y que están magistralmente expuestas en el Museo Arqueológico Provincial, junto con importantísimos objetos procedentes de localidades pacenses como Alburquerque, Alange y Almendral, donde sobresale la Ermita Finibus- Terrae con numerosas muestras de época visigoda visibles en su fachada y edifico principal.

Por otra parte, en la alcazaba de Reina se puede visitar una atractiva basílica visigoda instalada en el patio de dicha construcción militar, posterior a la ocupación visigoda. También existen bellas pilastras expuestas recogidas en las zonas de Olivenza, Usagre, y Villar del Rey.

Finalmente, en el Provincial de Cáceres hay que admirar algunos interesantes hallazgos de excavaciones realizadas en Zarza de Granadilla, Alcuéscar, Ibahernando, Galisteo o Santa Marta de Magasca, sin olvidar las de otras poblaciones como Casas de Millán, Brozas, Montánchez, Alcántara y Alconétar.