Segunda estación del gran sueño. La primera parada fue la contratación, con varios sacos de millones de euros, de Fernando Alonso por la escuderia Ferrari con el apoyo, como no, del Banco de Santander. El segundo apeadero de este tren de alta velocidad, cuya última estación es el título mundial de F-1, fue el Circuito de Cataluña donde el bicampeón español concluyó ayer una de sus pretemporadas más duras con 136 vueltas en su última jornada de entrenamientos. La auténtica carrera empezará, el próximo 14 de marzo, en el trazado de Sakhir (Bahrein) con la celebración del primer gran premio de la temporada.

"La cosa pinta colosal, pinta de rojo", aseguró ayer un pletórico Emilio Botín, presidente del Santander. "El coche es buenísimo. Ya ha dicho Alonso que es el mejor coche que ha tenido en su vida. Y Fernando está en la mejor forma. Todo de rojo, de modo que yo soy muy, muy optimista". Oído ayer, en Montmeló, el chico de rojo es evidente que el patrón tiene una fe ciega en su apuesta millonaria. No más que Alonso, cierto, pero el asturiano, que es quien conduce el coche, fue ayer mucho más prudente. "Cierto, sigo pensando que este F10 es el mejor F-1 que he pilotado en mi vida, pero eso no significa que sea el mejor de esta parrilla y, por tanto, habrá que esperar a Bahrein para saber donde estamos".

Si algo no tiene el bicampeón asturiano es miedo a triunfar, a pilotar para Ferrari ("este año tengo más ganas de que empiece esto que nunca"), a medirse con los grandes ("a McLaren, Mercedes y Red Bull habrá que añadir al inicio a Renault y Sauber"), a sostener el pulso con los otros campeones (Michael Schumacher, Lewis Hamilton y Jenson Button) y a intentar, como no, el asalto a su tercer título mundial "aunque lo más importante, estando en Ferrari, es el equipo".

Alonso, al menos, reconoció que la pretemporada se ha distinguido por hacer cada uno su trabajo, ocultar algunos detalles a los rivales (Ferrari y él se negaron ayer a decir qué había provocado su última parada en la pista) y, sobre todo, trabajar en "la fiabilidad del coche y en el aspecto más difícil de lograr este año: ser veloz en la crono del sábado y manteneter esa velocidad en el inicio del gran premio con 150 kilos de combustible".

TRABAJO COMPLETADO Alonso no cree que vayan a producirse sorpresas en Bahrein, pues el reglamento este año, dice, es muy estricto. "Estoy contento y feliz, hemos hecho un gran trabajo y el coche ha respondido bien", dijo ayer en su despedida. "El primer día de Valencia confeccionamos una larga lista de tareas a hacer hasta averiguar si el coche era fiable y rápido. Hoy (por ayer) he puesto la cruz en el último deber y ha ido perfecto".

Botín apagó ayer la luz de su mesita de noche convencido de que a su título de campeón en finanzas añadirá su primer cetro en la F-1, su nueva apuesta.