Mientras el champán rodaba por el box de Renault, Lewis Hamilton echaba porquería encima de Felipe Massa. "Me ha golpeado a propósito, me ha intentado echar deliberadamente", dijo el chico que aseguró en Bélgica que frena más tarde que los demás porque tiene "más pelotas".

Los nervios se apoderan del inglés mientras todo Brasil piensa como los padres de Massa. "Alonso no es como Kimi; él sí puede parar a Hamilton y ayudará a Massa a ganar el título". Y Alonso lo tiene claro: "Con lo que yo pasé en McLaren, desde luego, si puedo, ayudaré a Massa". No es de los pilotos con los que mejor se lleva, pero todo sea por ayudar a Ferrari (puede que su próxima casa), por fastidiar a McLaren, para que Hamilton no le quite el récord como campeón más joven. "La sanción a Hamilton es justa. No sé lo que ha pasado, pero estoy de acuerdo con la sanción, seguro", dijo con una sonrisa el bicampeón mundial español.

El piloto asturiano demostró de nuevo que es el hombre más rápido del mundo sobre un coche, lo mismo que Usain Bolt sobre unas zapatillas. Como en la carrera de Singapur, imitó los gestos del velocista al golpearse el pecho con el puño. "Singapur fue más una victoria gracias a la suerte. El 99% de la victoria en Singapur se debe a los coches de seguridad, y aquí fue una carrera más normal y, por tanto, me deja mejor sabor de boca. Singapur es un circuito urbano y podría ser que el coche se adapte mejor allí, pero Fuji es un circuito convencional y ganar es importante".