Sobreponerse a la pérdida de sus dos grandes estrellas, los dos David (Villa y Silva), es el objetivo del Valencia en la tercera temporada de Unai Emery en el banquillo. La empresa no parece fácil. La marcha del delantero centro al Barcelona y del interior canario al Manchester City ha dejado 70 millones en las arcas levantinas, pero sus recambios no ilusionan a una afición que espera mantenerse en el podio de la Liga.

Mejorar las prestaciones del curso pasado será difícil. El Valencia acabó tercero, o sea, primero tras los dos galácticos. Desde la jornada 13 ocupó esa posición y acabó a 25 puntos del Madrid y 28 del Barça. No se le puede pedir más a los chés, que lograron el pase directo a la Champions con ocho puntos más que el Sevilla.

LA CONTINUIDAD DE MATA Junto a Villa y Silva, el Valencia ha perdido a Marchena, que jugará en el Villarreal. Tres campeones del mundo en Suráfrica han dejado el club. Solo queda Juan Mata, que también fue tanteado por el Barça. A sus 22 años, será la estrella del equipo de Emery, que contará con un ataque completamente nuevo. El cuadro levantino ha vuelto a confiar en el mercado español. Aritz Aduriz y Roberto Soldado, por el que han pagado 10 millones, serán los encargados de hacer olvidar a Villa, una dura misión teniendo en cuenta el tremendo rendimiento del asturiano en los últimos ejercicios. En las bandas, Joaquín espera mantener una mayor regularidad y Vicente intentará recuperar la versión de épocas pasadas.

El joven mediapunta canario Feghouli, el organizador argentino Tino Costa y el pivote turco Topal son otras incorporaciones del Valencia, que regresa a la Liga de Campeones. "La Champions es el lugar en el que tiene que estar nuestro equipo. Tenemos que mantenernos en la élite y ser grandes en el fútbol internacional", asegura Emery.