Comparten raíces de origen, amor por su club de la niñez, casi generaciones, habitación en el stage azulgrana de Marbella, una gran amistad fuera del campo y hasta el mismo nombre. Ocho años después de que vivieran juntos un ascenso con el Tenerife B, Airam Benito y Airam Cabrera han vuelto a unirse en el Extremadura. Benito, cosecha del 89, es de San Cristóbal de La Laguna. Cabrera, del 87, es de Puerto de la Cruz. Ambos de Tenerife. Ambos rica salsa canaria.

Basta verles entrenar, reirse, combinarse la pelota entre ellos y no dejar de lanzarse mensajes y puyitas cariñosas de las que evidencian una gran confianza. Fue Fabián Rivero, segundo ahora del Tenerife, el que les unió una vez. Ahora es el Extremadura. Benito fue una de las llaves claves para que la operación de Airam Cabrera llegara a buen puerto. El delantero, sentado en el verde del Marbella Football Center, lo confiesa a este periódico: «claro que me convenció. Me dijo que tenía muchas ganas de compartir equipo conmigo y, la verdad, a mi también me apetecía. El fútbol ha sido injusto con Airam Benito porque nadie había apostado por traerle a un gran proyecto. Y un jugador de su calidad ya se lo merece».

Se miran y se entienden. «Estoy feliz de tenerle aquí. Nunca nos hemos abandonado, pero creía que nunca volveríamos a jugar juntos», dice Airam Benito. Se queda pensando y recuerda que la primera vez que se unieron en un equipo fue, precisamente, el día que el Tenerife B ganó la liga de Tercera. «Debuté ese día y ya estaba marcando goles Airam Cabrera. No se me olvida».

Acaba de terminar el entrenamiento en el Marbella Center. Se les ve cansados, pero relajados. No tienen prisa. «Yo no comparto eso de que al canario le cueste más aclimatarse en los lugares de la península. Llevo varios años fuera. Canarias ahora es un cementerio de jugadores de Segunda B. El mito existe. El canario añora la playa, la gente, su clima, pero estamos acostumbrados», dice Benito. Cabrera le reafirma: «yo suelo ir a Tenerife por vacaciones y siento que mi sitio ya no está allí. Quizá ese mito existía más hace diez años porque el jugador canario no se aventuraba a salir de las islas. Como el español al extranjero. Pero el pan está ahí fuera y hay que salir a buscarlo. Claro que añoramos nuestras raíces, pero eso no nos impide ser feliz allá donde vayamos».

Para Benito es su gran oportunidad. Para Cabrera, una vuelta a la felicidad tras su nefasto paso por Chipre, donde llegó incluso a recibir amenazas por derrotas. «Echaba de menos sentir un vestuario como éste. En equipos grandes, hay muchos egos y falta humildad. Aquí me he ecncontrado gente humilde, humana y honesta. Todo lo que se necesita para construir grandes gestas».

Ascenso ¿tabú? / «El ascenso no tiene por qué ser una palabra tabú. A cada jugador se le ha vendido un proyecto ambicioso y tiene su responsabilidad. Pero hay que ir partido a partido». Cabrera es de los que no tienen pelos en la lengua. «ya sabemos que hay gente que nos quiere descentrar. Leo cosas de salarios y me parece lamentable. Se hablan de cantidades falsas y se creen que somos el Real Madrid. Muy lamentable. Debemos olvidarnos de eso y saber quiénes somos y de dónde venimos cada uno para ser más fuertes».

Termina la entrevista. Se levantan, se abrazan, vuelven a reirse. Es pura conectividad. Los canarios están lejos de sus islas, pero se arropan y protegen. Junto a Jairo, son tres los que llegan de Tenerife. Una rica salsa de la que disfrutarán en Almendralejo.