Sigue sin novedades el Cacereño, centrado en concretar la entrada de un grupo inversor que aporte músculo al proyecto de la próxima temporada. Casi todo pasa por ahí. Si entra, se dispondrá de más liquidez para abordar una plantilla ambiciosa que pelee claramente por el ascenso a Segunda B. Si no lo hace, el proyecto deberá ser algo más humilde, aunque en el punto de mira seguirá estando recuperar la categoría perdida.

Mientras tanto, no hay movimientos en el plano deportivo. Nada se sabe del nuevo entrenador y, del mismo modo, tampoco de los jugadores. El club pretende que sigan varios futbolistas de la campaña pasada, pero de momento no hay ningún tipo de contacto con ellos. Uno de los que interesa es el capitán Rubén Palero, que ayer se despidió de sus amigos en Cáceres y se marchó a su ciudad, Madrid, cansado de esperar.