David Ferrer se encargó de certificar el triunfo de la Copa Davis con un smash inapelable. El Rolex del Palau Sant Jordi marcaba las 15.05 cuando el tenista alicantino cerró la final de la Copa Davis ante la República Checa con un inapelable y contundente 5-0 tras ganar al checo Lukas Dlouhy (6-4, 6-2) y Rafael Nadal a Jan Hajek (6-3, 6-4). La última vez que un país lograba una victoria tan contundente se remonta a 1997, cuando Suecia ganó a EEUU.

Nadal y Ferrer no dejaron escapar ni esos dos puntos. Los dos quisieron jugar como reconocimiento al apoyo recibido durante el fin de semana en Barcelona. Fue el trámite que todos esperaban para celebrar esa cuarta Copa Davis ganada el día anterior, pero que no pudieron tocar hasta ayer. Entonces, sí. En cuanto Albert Costa levantó la ensaladera por encima de su cabeza, los campeones dejaron ir sus emociones para recuperar la espontaneidad enfriada por una celebración retrasada y a la que faltaron el príncipe Felipe, ausente ayer, y el secretario de estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, que se marchó antes de la entrega de trofeos.

Al son del We are de Champions , los cuatro jugadores y todo el equipo que había formado una piña alrededor de Costa, saltaban, se abrazaban y se bañaban en cava por el triunfo de un grupo que ya se ha encaramado en la "pole position de la historia del tenis", como decía orgulloso Albert Costa. "Tenemos el doblete y queremos el triplete como el Barça, aunque no me guste", bromeó en la pista Feliciano López, ataviado con una bandera española como si fuera una capa en la entrega de la ensaladera de plata. Lo repitió después Costa en la rueda de prensa, cuando le confirmaron que estaba ratificado como capitán un año más. "Yo, como Guardiola, a por el triplete", aseguraba el técnico mientras a su lado Ferrer le animaba a dejar el cargo. "Vete como campeón", bromeaba el héroe del viernes.

MOTIVACION A TOPE La misión no será fácil, incluso para un equipo que ayer logró su cuarto título en nueve años y que mantiene su reinado un año más con todos los honores.

"Lo que hemos conseguido no es fácil. Ahora parece una rutina, pero ganarla dos años seguidos es espectacular y hay que disfrutarlo porque seguramente dentro de unos años vendrán la vacas flacas", insistía Costa. El capitán, de todas formas, aventuró más éxitos. "Este equipo no tiene límite. Si mantiene la motivación y se implican a tope estos jugadores que están aquí y otros que no están, nos pueden dar muchas alegrías".

750.000 EUROS Costa, que es el primer tenista español que ha ganado la ensaladera como capitán y jugador, admitió sentirse más emocionado que cuando ganó la del 2000. "Son dos momentos muy diferentes. Cuando eres jugador lo vives con más intensidad. Eres el artista del éxito", valoró feliz al máximo.

Como Costa, José Luis Escañuela, el nuevo presidente de la Federación Española de Tenis, también se estrenó con una victoria. "Todo ha sido de matrícula de honor: el equipo, el público y Barcelona. Creo que hicimos la mejor elección de sede. Ahora la federación también debe ser número uno para estar a su nivel", dijo.

Los jugadores se repartirán como premio por ganar la Copa Davis los 750.000 euros que da la Federación Internacional de Tenis al país campeón, además de unas primas especiales que ofrece la Federación Española que salen de los patrocinadores y por las eliminatorias jugadas en casa, como este año ha sucedido en Benidorm, Marbella, Torre Pacheco (Murcia) y Barcelona. Todo es poco para una generación triunfadora y feliz.