Por fin se vieron las cartas. Ya no vale hacer conjeturas. El Tour 2006 es cosa de cinco corredores. El heredero de Lance Armstrong saldrá de la selecta lista que forman Floyd Landis, Denis Menchov, aparentemente los más fuertes, Cadel Evans, Carlos Sastre y Andreas Kloden. No hay más. El Tour todavía tiene un candidato a la victoria incierto pero la gran etapa pirenaica, con final en Pla de Beret, sirvió para que la general más liada y confusa de los últimos 38 años se desatascase y se pudiera comprobar quienes eran los ciclistas más fuertes y con opciones de ganar en París.

Denis Menchov, el ruso de Pamplona, el líder del Rabobank que se expresa en castellano, el corredor que todavía no se ha podido enfundar el jersey dorado de la Vuelta a España por el lío del positivo de Roberto Heras, mostró su fortaleza al imponerse en la cumbre de Beret. Floyd Landis, el nuevo maillot amarillo del Tour, evidenció que no va con bromas y que pese a tener una cadera fastidiada y reserva de quirófano pretende ganar en los Campos Elíseos.

El Vall d´´Aran, que acogía por primera vez en la historia un final de la ronda francesa, dejó claro también que Cadel Evans, un ciclista australiano fino en la montaña y rápido en las contrarrelojes, ha llegado a su madurez. Las cuestas catalanas permitieron a Carlos Sastre empezar a aprovechar la oportunidad de su vida. Tiene un gran futuro en este Tour. La última jornada en los Pirineos descubrió que Andreas Kloden ascendía a trompicones y con un equipo, el T-Mobile, que volvió a errar tácticamente como siempre había hecho en la época de Jan Ullrich.

Ellos son los cinco elegidos. George Hincapie falló. Iban Mayo, enfermo, de salud o de cabeza, ya está en casa. Levi Leipheimer, pese a resurgir en Beret, aparece muy lejos en la general, con más de cinco minutos perdidos. Al resto de figuras se las tragaron los Pirineos al tropezar en el Tourmalet, el Aspin, el Peyresourde, sobre todo en el Portillón, donde se desencadenó la batalla, o en Beret. La larga lista de aspirantes a la herencia de Armstrong ya es historia.

LOS CULPABLES Tuvieron la culpa los cinco grandes actores del día. Todo empezó en el Portillón. El T-Mobile alemán recordó al histórico Telekom. De hecho visten igual y los patrocina la misma empresa. Armstrong siempre los engañó. Ullrich ordenaba a sus gregarios que tiraran y luego todos morían en combate. Ayer pasó igual. En el Portillón, el conjunto alemán calentó la carrera. Comenzaron a caer las víctimas. Quisieron acelerar con tanto ímpetu que se quedaron sin energías y evidenciaron otro dato que tendrá un significado trascendental para el desarrollo de la carrera. El Tour 2006 no tiene equipos potentes, a excepción del Rabobank, en el que Menchov cuenta con dos lugartenientes de lujo, los dos Michael, Boogerd y Rasmussen. Landis no dispone de escuderos, mientras que Sastre y Evans, tal como dejaron claro ayer, se las van a apañar solitos, jugando más a la defensiva que al ataque.

Y si entre estos cinco elegidos hubiese que buscar al más inteligente, el premio se lo llevaría Menchov.