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3Árbitro: Paredes Carrasco. Mostró tarjetas amarillas a los visitantes Alex, Valentín, Manu y Jesús.

3Estadio: Príncipe Felipe.

3Espectadores: 700.

3Incidencias: Terreno de juego en mejores condiciones que en anteriores encuentros.

3Cacereño: Bernabé, Neto (min. 75, Juanqui), Alberto, Juanjo Polo, Santi Polo, Elías, Nacho Méndez (min. 56, David López), Luismi, Viñuela, Alex García y Javi Navarro (min. 61, Kevin).

3Santa Amalia: Isaac, Alex, Valentín, Manu, José Antonio, Rico (Min. 76, Chico), Curro (min. 83, Anxo), José Mari, Moruno (min. 70, Jesús), Juanjo Serrano y Carlino.

El Cacereño empeora. El colista, el Iberitos Santa Amalia, le empató (0-0) e incluso le pudo ganar. Bernabé, el portero local, fue el mejor. El fútbol es así de imprevisible. Por momentos los últimos parecieron el líder, y viceversa. La victoria del Moralo en Coria llevó al cambio de líder.

Al equipo de Ximo Más se le está yendo hasta el alma. Tras el desastre de Azuaga, se suponía que se había tocado fondo, pero no. Impreciso, sin espíritu competivo e incluso con un físico discutible, bordeó el ridículo. De largo, fue el peor encuentro en casa en lo que va de campeonato.

Mientras, los amalienses firmaron un encuentro al que solamente le faltó pegada para ser de sobresaliente. Parece mentira que un equipo con Curro dirigiendo la orquesta puede estar ahí. Domingo Suero se quejó precisamente de ese problema para explicar lo inexplicable.

Un jugador casi infalible, el veterano Juanjo Serrano, marró el gol al encontrarse con Bernabé (min. 35). Fue ésta la primera que tuvieron los de Vegas Altas. En el 40, Nacho Méndez casi anota tras servicio de Fran Viñuela, que tuvo una mala mañana, siempre muy desdibujado, al igual que un Elías Molina irreconocible.

El encuentro fue globalmente insípido. La calidad la ponía Curro, un mago como futbolista al que ya en el segundo tiempo, cuando fue sustituido, se le tributó una merecida ovación.

El Santa Amalia tuvo dos muy buenas en los pies de Carlinos, pero de nuevo el meta local intervino decisivamente en los minutos 61 y 68. El CPC achuchó durante la última parte del duelo, pero con la anarquía como seña de identidad.

Pese a la mejora del terreno de juego en relación a anteriores partidos, el fútbol fue absolutamente plano. Kevin tampoco lo pudo arreglar. No hubo excusa posible para un equipo que se dejó dos puntos claves, pero también parte de su credibilidad. Aun así, aún puede conseguir su objetivo, aunque deberá mejorar sus prestaciones y futbolistas claves como Luismi o Viñuela también deberán dar más en el juego de ataque.

Al final, frustración lógica en el Cacereño y mal su entrenador encarándose con la grada. Al menos pidió perdón. También debió hacerlo, en realidad, por el inexplicable bajón de su equipo en el tramo decisivo. O, más bien, poner soluciones porque se ha encendido definitivamente la luz roja. Y en el horizonte, el derbi ante el Diocesano.