Uno de estos días, me fijé en un cartel en el pabellón Multiusos de Cáceres en el que ponía: 'El deporte te enseña a vivir'. No pude dejar de pensar que en mi vida igual no hay una verdad tan inquebrantable como esta. El deporte me ha preparado para ser una atleta física y mentalmente, pero me ha educado aún más para la vida.

Con el deporte he aprendido lo que es realmente el trabajo de equipo y con él valores como la responsabilidad, el compromiso, el respeto por los demás y la solidaridad. He aprendido a estar con todo el tipo de personas, a socializar con muchas de ellas y a hacer amistades con personas que tienen una pasión común, pero que pueden ser distintas en todo lo demás.

He aprendido también lo que es realmente la disciplina, que me ha ayudado a aceptar mejor las reglas en casa y en la escuela, a organizar mi tiempo y a definir prioridades.

A la vez, el deporte también me preparó para las cosas menos buenas que siempre nos suceden a todos. Me enseñó a vivir con malos resultados, con las cosas que no salen como las esperaba, con la frustración.

Una de las normas de oro en los entrenamientos siempre fue que no se podía decir que no eras capaz de hacer algo.

Uno tiene que superar sus límites, entregarse a algo y esforzarse al máximo para superarse cada día y alcanzar el objetivo establecido, sea personal o colectivo. Y en cuanto aprendes a luchar por tus objetivos, aprendes a creer en ti y que eres capaz de realizar tus sueños.

Así que, si, en algún momento, te parece que el deporte es muy duro, acuérdate que la vida tampoco es fácil.

El deporte te dará siempre las armas suficientes como para sobrellevar las dificultades y te enseñará a disfrutar más de la vida a cada momento. El deporte te enseñará a vivir-