Estaba a punto de ganar la Vuelta y ya empezaba a pensar en el Tour. "Armstrong no es invencible". Esa fue la sentencia que lanzó Aitor González hace nueve meses. "No le conozco", respondió el tejano meses más tarde. "Pues ya me conocerá", replicó el ciclista alicantino de inmediato al estadounidense. Comenzaba la pugna verbal, una novedad, sin duda. Era algo con lo que nunca se había encontrado Armstrong.

Gilberto Simoni ganó en mayo, casi sin oposición, el Giro. Lo hizo demostrando un poderío sobresaliente en todas y cada una de las montañas de la ronda italiana. "Armstrong nunca ha tenido un rival tan consistente en la montaña como yo".LOS EXPERIMENTADOSLos llamados expertos, en cambio, han mantenido un mayor respeto hacia Armstrong y han preparado su camino hacia el Tour en silencio, sin palabras, sin retos. Así lo han hecho Jan Ullrich y Joseba Beloki. El alemán regresa a la prueba que ha corrido en cinco ocasiones. Nunca ha terminado por debajo de la segunda posición. El pasado año, se pasó más tiempo en la discoteca que en la carretera. Para olvidar.El matrimonio de Beloki con el Tour es similar al de Ullrich, aunque nunca ha ganado en París. Ha corrido tres ediciones. Y, en las tres, ha subido al podio de los Campos Elíseos: tercero en el 2000 y el 2001, y segundo el año pasado. Es un corredor regular, aunque Armstrong nunca lo ha llegado a tener en consideración como un posible obstáculo en la pelea por el maillot amarillo. Estos últimos meses ha destacado mucho más al colombiano Santiago Botero, de quien ha dicho que puede ser un aspirante para triunfar en el Tour.Botero, más centrado y con un equipo fuerte como el Telekom, tendrá que superar sus clásicos hundimientos. El día en que le duelen las piernas, sólo un poco, cae en una especie de depresión y pierde toda opción para pelear por la general. Le sucedió el año pasado en el Ventoux. Así y todo terminó en cuarta posición y fue el tercer inquilino moral del podio, por las sospechas de dopaje que recayeron en el lituano Rumsas.