Reeditando un clásico que data de mediados del siglo pasado, por añejo que pueda sonar, Extremadura y Badajoz vuelven a medirse esta tarde (17.00 horas) en el derbi provincial por excelencia. Y lo hacen en una semana marcada por lo extradeportivo y lo económico en ambos bandos. El traspaso de poderes en la cúpula capitaliza la atención en el entorno albinegro y el acuerdo con la empresa Proinex, compradora de los terrenos de la Ciudad Deportiva Azulgrana, en el almendralejense. Una salida pactada entre club y constructora que va a aportar liquidez al Extremadura y hasta un patrocinador que se estrenará hoy en las elásticas azulgranas.

En el ámbito deportivo, la novedad estuvo en el inicio de la sesión de entrenamiento de ayer: Javi Selvas se retiró con problemas respiratorios. Es seria duda, aunque entró en la convocatoria. Fran Blasco y Gaizka Iriarte son bajas por sanción.

En el discurso de Cisqui se mezclaban ayer las ganas de sacar el partido adelante con la cautela por la complejidad de la misión. Y es que el Badajoz llega en una buena racha y con ganas de seguir recortando puntos con los cuatro primeros.

El equipo de Generelo podrá contar con el interior izquierdo Suker, tras su sanción, y pierde al central César, expulsado ante el Sevilla B. "Tenemos una motivación extra por la rivalidad del derbi", argumenta Juan Manuel Generelo. El técnico del Badajoz cree que los dos equipos llegan en un momento de juego similar "porque estamos haciendo una temporada parecida".