El español Oscar Freire se reencontró con la victoria en la sexta etapa de la Vuelta disputada entre Benicarló y Castellón, de 157 kilómetros, y reforzó la moral a menos de un mes del Mundial de Verona, ciudad que le cambió la vida al obtener el maillot arcoiris por vez primera en 1999, en una jornada en la que Manuel Beltrán conservó el jersey de líder. Freire, doble campeón del mundo (1999 y 2001) y aspirante al tercer entorchado, recuperó la sonrisa después de que el italiano Petacchi monopolizara las llegadas masivas y al fin se impuso en un alarde de fuerza y experiencia, ya que una vez más se encontró sin equipo a la hora de lanzar el esprint.

Si bien el cántabro careció de equipo en la preparación de la llegada, el propio líder del Rabobank fue justo al reconocer que todos sus compañeros fueron los protagonistas a la hora de echar abajo la escapada del día y posteriormente de acelerar la marcha cuando Petacchi se descolgó en el Desierto de Las Palmas.

Este puerto de segunda a 20 kilómetros de meta fue el escenario tanto de la selección definitiva como del hundimiento del campeón del mundo Igor Astarloa, del vasco Haimar Zubeldia y del kazajo Vinokurov.

Freire, de 28 años, vencedor de la Milán San Remo, obtuvo su quinta victoria de la temporada, la tercera en la Vuelta --obtuvo dos en el 2000--, y la número 31 de su carrera. Desde la prueba italiana no había aparecido por los podios y las dudas sobre su estado de forma se habían disparado. En Castellón se colocó como nadie en la recta donde se libran los grandes duelos, y allí sacó sus armas ante una buena oportunidad, sin Petacchi.