Las eliminaciones sufridas por Barcelona y Real Madrid en la Liga de Campeones a manos de Liverpool y Bayern de Múnich, respectivamente, han aumentado la tensión del clásico de mañana, obligados ambos equipos a sacar un resultado positivo para no entrar en un bache.

Aunque en la capital madrileña las urgencias parecen mayores, todo el mundo admite en el Camp Nou que un tropiezo ante el eterno rival aumentaría la presión sobre la plantilla azulgrana, agitada por la ausencia de Motta del penúltimo entrenamiento y las críticas de Eidur Gudjohnsen a la falta de sacrificio del equipo.

En caso de derrota en el clásico, los barcelonistas le brindarían al líder, el Sevilla, una ocasión de oro para aumentar distancias al frente de la clasificación y, además, cederían terreno respecto a los inmediatos perseguidores. Además, el Real Madrid recuperaría el aliento tras unas semanas muy complicadas.

Ante esta presión, Ronaldinho ha sido incluido en la lista, pese a las molestias en los isquiotibiales que le habían mantenido como duda tras el partido del pasado martes en Liverpool.

La incógnita será si Rijkaard alinea en punta a Samuel Eto´o, como hizo el martes, o le cede el puesto a Gudjohnsen, autor del gol azulgrana en Anfield.

CAPELLO NO SE VA Mientras, el Real Madrid más necesitado de los últimos años llega al Camp Nou con la imperiosa necesidad de puntuar para agarrarse con fuerza a las opciones de luchar por la única competición en la que se mantiene con vida, consciente de que una derrota le encaminaría a su cuarto año consecutivo son títulos.

Tocado tras la eliminación de Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich. Arrepentido de su planteamiento defensivo. Pendiente de una decisión definitiva de Ramón Calderón y su junta. Es la forma de la que encara Fabio Capello el clásico, mandando también un mensaje de precariedad en lo deportivo.

"Jugaremos con lo que tengo. Estamos justitos", afirmó el técnico cuando debía explicar el planteamiento táctico con el que jugará. No podrá contar con Cannavaro, Roberto Carlos, Cicinho, Beckham y Reyes por lesión. El clima de pesimismo que reina no es mejorado por los datos históricos. En las últimas dos décadas el Real Madrid sólo ha obtenido un triunfo en Liga en casa del eterno rival, en la temporada 2003-04 (1-2).

Capello aseguró ayer que no piensa dimitir pase lo que pase y explicó que su marcha "depende del presidente", no de él. "Esta pregunta me la han hecho unas cincuenta veces y la respuesta siempre es la misma. Mi marcha depende del presidente, no de mí", señaló el técnico italiano, quién se mostró rotundo ante la pregunta de su posible dimisión si el equipo pierde frente al Barcelona: "Absolutamente, no".

Respecto al malestar que manifestaron algunos de sus jugadores por la suplencia de Guti y la titularidad de Emerson en el encuentro de Liga de Campeones, el italiano se salió por la tangente: "Cada uno tiene su papel. Yo soy el entrenador y ellos son los jugadores".