Fue el momento más desagradable del encuentro, por encima de lo que ocurriese al final en el marcador con la derrota del Al-Qazeres ante el Universitario de Ferrol. Faltan cinco minutos para la conclusión y el entrenador local, Jacinto Carbajal, pidió a su jugadora Afure Jemerigbe que saliese a pista. Lo hizo hasta en dos ocasiones y en ambas encontró la misma respuesta: "no".

Gesticulando, Carbajal abroncó a la norteamericana de pasaporte nigeriano y ordenó otro cambio. Como era previsible, el incidente dio mucho que hablar en el postpartido.

"Vamos a tratarlo internamente. Lo tenemos que valorar y prefiero que se haga en frío. No voy a decir que va a pasar blanco si al final es negro", dijo el técnico en la sala de prensa.

Dos claras alternativas se abren en esta situación: una fuerte multa a Jemerigbe, que tendría que pedir perdón públicamente, o incluso la rescisión de su contrato, que no puede descartarse en absoluto. Carbajal no está hasta el momento muy contento con el rendimiento de la alero --aunque sí tuvo una buena actuación en la primera jornada ante el Gran Canaria-- y ella tampoco parece muy a gusto con su papel en el equipo. Acostumbrada a ser la estrella por la que pasaban muchos balones en la Universidad de California, está pagando la adaptación al baloncesto profesional, en el que vive su primera temporada.

Las partes del conflicto se sentarán en una mesa hoy mismo --si es que no lo hicieron ayer por la tarde ya-- para decidir la mejor solución para todos. De momento, el entrenador del Al-Qazeres, aunque no quería extenderse en el asunto, lanzó su particular advertencia de cara a posibles indisciplinas futuras: "Aquí no hay egos ni hay estrellas. Aquí lo único que hay es curro y todos tenemos que sumar para el equipo. Si no es jugando, pasándole la botella de agua a la que se acaba de sentar".