La UD Mérida adeuda 1,4 millones de euros al ex presidente de la UD Mérida José Fouto Galván, quien asegura que dará todo tipo de facilidades a los futuros rectores de la entidad para saldar esta cantidad, como ha hecho ya con un grupo inversor interesado, aunque muestra sus dudas sobre el futuro de la entidad.

Según la agencia Efe, Fouto Galván, rodeado de cinco archivadores y varias carpetas, matiza que la documentación que acredita que es el máximo acreedor del club está en el despacho del abogado Vicente Montes y que dará todas las facilidades respecto a la deuda si se produce una "vinculación de todas las partes".

En este sentido, considera que el club no tendrá "viabilidad" si no aúnan esfuerzos las instituciones públicas, los empresarios y los aficionados. A su juicio, sería un "pena" que la UD Mérida no saliera la próxima temporada en Segunda B, "un lujo" de categoría, a su juicio, para la realidad del fútbol extremeño.

El ex presidente de la UD Mérida indica que las partes implicadas en solucionar el futuro del club deben "valorar" la remodelación del Estadio Romano y los "acontecimientos" que suponen el partido de la selección española y la posibilidad de ser subsede olímpica de Madrid 2016.

Además, por su experiencia y sus contactos, opina que sería factible llegar a un acuerdo con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) para el pago de la deuda de los jugadores, los segundos máximos acreedores, teniendo en cuenta la crisis económica general.

En caso de descenso, sería muy complicado recuperar la categoría porque, a su juicio, al problema deportivo se uniría el económico.

Fouto Galván subraya que con las ayudas institucionales actuales y una masa social de unas 700 personas es "difícil" mantener el club.

El ex presidente de la UD Mérida sentencia que "después de la familia Fouto no hay nada", ya que desde que dejó el cargo nadie se ha presentado en Extremadura para llevar el club.

Por último, alaba sus cincos años de gestión, ya que cogió el club en Tercera División, al borde del descenso con una deuda a corto plazo de 450.000 euros, lo ascendió a Segunda B y jugó una fase de ascenso y la Copa del Rey, además de conseguir "mantener" a unos 28 ó 30 trabajadores.