Hasta cuatro veces respondió en la ascensión a Avoriaz a ataques de los que aparentemente no son sus rivales directos. Alberto Contador sabe que se precipitó y que tanto derroche le apagó la chispa, por lo que no pudo estar en su sitio en el demarraje importante, el de Andy Schleck, a 500 metros de la meta. Cedió 10 segundos, posiblemente insignificantes, pero dejo el ¡uy! en el cuerpo y seguramente animó psicológicamente tanto al ciclista luxemburgués como al nuevo líder, Cadel Evans. La situación no volverá a producirse. Contador lo dejó bien claro, ayer en Morzine. "He sacado conclusiones de la primera llegada en alto. La más importante ha sido que no puedo responder a todos los ataques, por lo que tengo que seleccionar más a los rivales".

Enumeró como enemigo número uno a Schleck. "Es mi rival directo, el que me ocasionó más problemas en la montaña el año pasado. En un segundo grupo están Evans, Leipheimer y Menchov". En la lista, por supuesto, no aparecen ni Kreuziger, ni Van den Broeck, ni Gesink, a los que contrarrestó de forma innecesaria en Avoriaz.

Contador no incluye en el guión a Samuel Sánchez, el campeón olímpico que perdió el domingo la etapa de manera absurda. Asturiano y madrileño comparten el mismo entrenador. "Samuel no es un rival, sino un amigo con el que se puede hablar en el pelotón de favoritos y poder coordinarnos a la hora de realizar un ataque".

BUENA POSICION Los 10 segundos entregados en Avoriaz no importan. La situación en la general es magnífica. Mucho mejor que la del año pasado. El "grupo de amigos" (tal como denomina él a los compañeros del Astana) le respondieron a la perfección pero a la vez sabe que no los puede hacer trabajar a destajo en cada etapa de montaña (hoy, por ejemplo, con La Madeleine en el camino) porque los fulminará. El domingo el Astana tiró con fuerza al observar que Armstrong había cedido.

"Para nada me afectó la situación de Armstrong a la hora de responder a todos los ataques", matizó ayer. Hay un detalle importante que no hay que dejar escapar. Contador reconoció el domingo que le costó respirar durante la ascensión a Avoriaz. Y eso sí que puede resultar una complicación que apacigüe los ánimos del principal favorito para la general.

EL CALOR Y LAS TORMENTAS Hace muchísimo calor en el Tour. Altas temperaturas que no se registraban en años. Pero esta situación está provocando que todos los días caigan tormentas, acompañadas de rayos y truenos, lo que crea un clima de humedad que le va fatal a la alergia crónica que padece Contador.

En el Tour, aparte de no caerse, hay que estar sano y, en ocasiones, una mala digestión nocturna o un ligero problema gastrointestinal, puede tumbar las ilusiones del mejor preparado.

Y eso no solo lo sabe Contador. Carlos Sastre también insistió ayer en la problemática meteorológica. "Si sigue haciendo este calor, será un Tour de Francia de supervivencia".

Ha finalizado la primera semana. Hoy tocará, de nuevo, una cita con la alta montaña en lo que será la despedida de los Alpes, el próximo viernes llega la ascensión al aeródromo de Mende (corta y dura) y el domingo la primera llegada en alto pirenaica, en la estación de esquí de Aix-3-Domaines.