Envuelto en una enorme nube blanca, Kimi Raikkonen aparcó su Ferrari con el motor reventado, la misma avería que 15 días atrás privó a Felipe Massa de un triunfo seguro en Hungría. Restaban 12 vueltas y Ana Elena Massa tomó un rosario de Santiago de Compostela, deslizó las cuentas entre sus dedos y rezó para que el propulsor de su hijo no volviera a explotar. Esta vez el brasileño sí pudo cruzar primero la bandera a cuadros para señalar con el dedo índice hacia al sol de Valencia que este año él es el piloto número uno de Ferrari, el encargado de plantarle cara a Lewis Hamilton hasta el final. El inglés, segundo, nunca pudo inquietar al brasileño, pero aumenta su ventaja al frente del Mundial, un punto más sobre su perseguidor, que ya no es Kimi sino Felipinho.

DE PRINCIPIO A FIN Raikkonen, campeón actual, no encuentra la manera de sacar el rendimiento a los neumáticos en la crono y eso le lastra en carrera. Cuarto en la parrilla, podría haber adelantado a Robert Kubica en los repostajes y sumar puntos con un podio, pero el finlandés se vio adelantado por Heikki Kovavalainen en la arrancada, mal asunto porque el piloto de McLaren iba más cargado de gasolina, siempre más que su compañero inglés, no se sabe por qué. ¿O sí?

La primera parada en boxes dejó las cosas como estaban entre los dos finlandeses, que se apresuraron a entrar de nuevo en el garaje cuando les avisaron por radio de que Adrian Sutil se había estrellado. Tenían gasolina para alguna vuelta más, pero no podían correr el riesgo de que la salida del safety car les cogiera sin realizar la segunda parada. Entraron al tiempo. Kovalainen se detuvo en el box de McLaren, al comienzo del pit , Raikkonen, al final. La parada de Ferrari estaba siendo mejor, ya habían sustituido las ruedas y Kovalainen aún no aparecía en el retrovisor de Kimi.

Ferrari ha sustituido al hombre que da la orden de arrancar al piloto con una paleta por un semáforo. Rojo, ámbar y verde. Raikkonen no esperó a la luz verde y en su arrancada se llevó la manguera del combustible y arrolló al mecánico que intentaba desembocarla. Tan preocupante como el error del campeón es que su motor estallara varias vueltas después de la misma forma --en la segunda carrera del ciclo y con una gran humareda blanca-- que rompió el de Massa en Hungría. Dos carreras con calor, dos roturas.

HAMILTON, ENFERMO De la falta de fiabilidad de Ferrari saca provecho Hamilton, ayer bajo las consecuencias de una gastroenteritis que obligó a Ron Dennis a llamar a Pedro de la Rosa en la noche del viernes para que estuviera preparado para tomar el relevo. El inglés juega ahora la baza de la regularidad, aunque la carrera aburra a las piedras. "No puedo quejarme de esta segunda plaza tras mis problemas de salud. Este es un circuito bonito pero muy difícil para adelantar", reflexionó el líder.

Massa, Hamilton y Kubica, en la parrilla, Massa, Hamilton y Kubica, en el podio. Y solo un adelantamiento: el de Coulthard a Piquet. Pobre espectáculo en el estreno valenciano.