Será la décima edición, y simplemente por eso puede ser muy especial. Como cada año, Maxi Rubio (Cáceres, 9 de agosto de 1981) ya prepara con mimo la cita de las 24 horas de fútbol sala loca en homenaje a su amigo. Será el 9 y 10 de junio en las pistas de las 232 Viviendas. El Memorial Sergio Trejo, como tributo al malogrado futbolista cacereño fallecido en accidente de tráfico un maldito día de 2008 cuando militaba en el Ciudad de Plasencia, tendrá también de diferente que el propio Maxi, como es conocido popularmente, la deja, sembrando así la duda de la continuidad. «Será la última vez. Todo tiene un principio y un final y, aunque dentro de mí algo me diga que siga, la décima edición es la mejor cifra para terminar», asegura con halo de tristeza, mezclado con una soledad que le ha minado este tiempo.

«Han sido muchos años de lucha en pedir patrocinios, de mi tiempo, de mi trabajo y familia, que durante meses anteriores pospones para que cuando llegue junio todo esté listo para todos, y sobre todo para Sergio», cuenta a este diario el entusiasta protagonista, su emocionado protagonista. «Lo dejo con un vacío y tristeza enormes en mi corazón y desearía que si hubiese gente con ganas de seguir con esto y cogerlo lo haga con mucha lucha, empeño y sobre todo con respeto al hombre y el legado de Sergio».

Maxi Rubio, que trabaja en Catelsa, se muestra agradecido, incluso por críticas, que dice haber «sabido callar cada año con transparencia. Estaré siempre orgulloso de que el legado de Sergio y sobre todo estas 24 horas hayan llegado a ser todo un evento a nivel local y regional, ya que muchos equipos han venido de lejos año tras año y me han llamado para jugar».

Para él, además del reconocimiento general a Sergio Trejo (el campo que lleva su nombre, en la barriada, se llamó así por su ‘empeño’ durante el mandato de Carmen Heras) lo mas importante ha sido «que me llevo una cantidad enorme de amigos y de gente que jamás pensé que me podían conocer solamente por ser el organizador de estas 24 horas, ya que te llegan a decir que solo vienen por lo bien se que hace». También asume momentos delicados. «Reconozco haber llorado alguna vez en la soledad en estos momentos porque empezamos muchos amigos con esto y cada año que ha ido pasando te vas viendo más solo... pero siempre llegué a entender a cada uno de ellos», asume con naturalidad.

Se va este año Maxi Rubio, subraya él mismo, dando las gracias a «todos los patrocinadores, grandes y pequeños, que se han sacrificado diez años por estar ahí y recordar también a los que por otros problemas no pudieron seguir, pero para mí pasarán a formar parte de mi vida porque siempre estaré muy agradecido por apoyarme, que al final es lo que te llevas, y ver que sigue habiendo mucha gente buena y solidaria».