La Concordia es el nombre de una famosísima plaza del centro de París. Puede que la que FIA no tenga aquí su sede por casualidad. Sus decisiones suelen ser políticas, de conveniencia, como la que tomó ayer tras la reunión de su Consejo Mundial para juzgar el caso espionaje entre McLaren y Ferrari. Encontró a la escudería inglesa culpable de conseguir información de Ferrari de forma fraudulenta, pero no se probó que la haya aplicado a su coche. Por eso perderá todos los puntos en el mundial de constructores, pero sus pilotos se quedarán sin sanción en virtud de la inmunidad que les prometió si colaboraban. Fernando Alonso y Lewis Hamilton seguirán luchando por el título mundial. Ferrari ganará el campeonato de constructores y McLaren el de pilotos. Todos contentos. También la FIA, que ingresará unos 22 millones de euros de la sanción económica de 72 millones a McLaren.

DOS BANDAS El número 8 de la plaza en la que finalizan los Campos Elíseos era el lugar de la cita entre los que parecían el enfrentamiento de dos bandas juveniles. Para la pelea Ron Dennis llegó acompañado de sus socios Norbert Haug, Mansour Ojjeh y el príncipe barheiní Al Califa. También por los ingenieros Jonathan Neale, Paddy Lowe y los pilotos Lewis Hamilton y Pedro Martínez de la Rosa, además de sus abogados. De la otra parte el bajito Jean Todt se hizo acompañar de Aldo Costa y Mario Almondo, sus segundos en Ferrari, además de tres prestigiosos abogados, y, sorpresa, Ross Brawn, exdirector deportivo, que compareció como testigo.

Los árbitros de la pelea, 26 miembros del Consejo Mundial con voto, algunos senadores más en calidad de oyentes y los miembros del Tribunal de Apelación para ponerse al día en caso de que tuvieran que actuar, un galimatías de cargos con y sin voto que aún hacía más confusa la reunión. De hecho, Jean Todt, miembro del consejo mundial, tuvo que salir de la reunión en varias ocasiones como parte interesada. Max Mosley y Bernie Ecclestone manejaban los hilos a un extremo y otro de la mesa.

La reunión comenzó a las 9.30 horas con la presentación de pruebas por parte de Ferrari, la fiscalía italiana y Vodafone. También se estudiaron los correos entre Alonso y De la Rosa, la evidencia sobre la que la FIA reabrió el caso. Hamilton se presentó, pero no fue requerido. En cambio los abogados de Ferrari sometieron a De la Rosa a un durísimo interrogatorio de 45 minutos por parte del abogado italiano Nigel Tozzi, nada que ver con la declaración de tres ingenieros de McLaren y cuatro de Ferrari, incluido Brawn.

SIN COMER En el receso de una hora para almorzar, Dennis y todo el equipo McLaren se fueron al cercano restaurante del Hotel