Mónaco y Oporto se disputan hoy la Liga de Campeones en una final inédita que les da a los dos equipos una oportunidad posiblemente única de obtener el máximo título continental de clubes.

"Nadie de los aquí presentes hubiera dicho al comienzo de la temporada que la final de la Liga de Campeones la iban a jugar el Monaco y el Oporto", recordó el técnico luso José Mourinho.

Para ambos equipos, que se convirtieron en las sorpresas de la temporada europea, hubo un momento clave en la campaña en la que empezaron a pensar que tenían abierto el camino hacia Gelsenkirchen.

Para el Mónaco, según su entrenador Didier Deschamps, fue el triunfo ante el Real Madrid en cuartos de final lo que despertó un potencial inexplorado en su equipo y sentó las bases que terminaron llevándolo a la final de la Liga de Campeones. Para el Oporto, según Mourinho, el momento definitivo fue el compromiso de octavos de final ante el Manchester United.

SIN BAJAS El Mónaco afronta la final con todos sus efectivos. La principal duda proviene de la falta de experiencia del equipo, en el que sólo el delantero español Fernando Morientes está acostumbrado a jugar partidos de este nivel, por lo que toda la plantilla parece haberse puesto en manos del extremeño para afrontar el partido más importante de su historia. Hasta la final, Morientes ha aparecido siempre en los momentos claves.

La sensación general es que la final de la Liga de Campeones acabará con una etapa, ya que no son pocos los que dudan de que el conjunto que ha llegado a la máxima final europea se deshilachará a golpe de talonario. Ya se habla de Deschamps en la Juventus, y de que Morientes podría seguirle, tras las muestras de solidaridad que ha expresado en los últimos días. El extremo Jerome Rothen suena en el París Saint-Germain y media Europa se pelea por el centrocampista Ludovic Giuly.

FORTALEZA En el Oporto, también se habla del final de una era y, aunque Mourinho se negó a comentar su presunta marcha al Chelsea, tampoco quiso descartarlo de plano. Los portugueses basan todo su fútbol en el dominio del juego y el control del balón, que roba la iniciativa al adversario. En lo ofensivo, es clave el trabajo del centrocampista Deco y la capacidad goleadora de Derlei.