Fue para el Moralo un desplazamiento inolvidable . El partido de Motril llevó a los verdiblancos a sumar una victoria muy importante, pero también a padecer un nivel de tensión nada agradable. Fueron un incómodo invitado a un nuevo escenario de violencia en el fútbol, con agresión al árbitro por parte de unos aficionados granadinos. Pereñíguez Pérez fue golpeado cuando se dirigía al túnel de vestuarios. Uno de sus auxiliares pidió incluso ayuda en el vestuario del Moralo y su fisioterapeuta, Carlos Trigo, atendió al colegiado antes de que éste redactara el acta.

Dos tarjetas rojas a locales y tres penaltis a favor de los visitantes fueron la espoleta. Sin embargo, el Moralo también se llevó lo suyo con un gol anulado y una tarjeta amarilla al portero, Toni García, que le acarreará suspensión. Además, las entradas por parte del Motril fueron fortísimas. Ahora, dos partidos seguidos en casa.