Didier Drogba proporcionó el primer título del curso al Chelsea, que se adjudicó la Copa de la Liga de Inglaterra con un triunfo en la final por 2-1 sobre el Arsenal de Arsene Wenger, que alimenta su particular maleficio en esta competición.

A falta de dos minutos para el cierre del duelo, con el panorama abocado al tiempo añadido, el africano, que ya había asumido la autoría del tanto del empate, firmó el triunfo del bloque de José Mourinho. Fue una diana a la antigua usanza. Carrera del holandés Arjen Robben por la banda izquierda; centro al área y cabezazo de Drogba.

Al final, el castigo pudo ser mayor para el Arsenal si el ucraniano Andrei Sevchenko llega atinar un remate en el tiempo de descuento que se estrelló en plena cruceta. Hubiera sido un premio excesivo para el Chelsea, que con el trofeo alimenta la autoridad que ha implantado en los últimos cursos, aunque quizás hubiera servido para evitar la pelea que se produjo antes del cierre, producto de la tensión y que el árbitro solventó con las expulsiones de Kolo Toure y Emmanuel Adebayor, del Arsenal y de John Obi Mikel, del Chelsea.

FILOSOFIAS La Copa de la Liga es el título de menor trascendencia en Inglaterra. No puede con la importancia de la Premier ni la leyenda de la Copa. Pero todo está lleno de alicientes en el fútbol inglés, donde la apuesta es alta siempre sobre el terreno de juego. En cualquier caso, también los técnicos están para animar el asunto. Especialmente el portugués Jose Mourinho, un hombre al que le va la marcha.

Wenger fue fiel a su estilo y mantuvo en el equipo a los jóvenes, poco habituales en los momentos de lustre de la temporada. A pesar de que la Copa de la Liga es un éxito ausente en su palmarés.

La experiencia y fortaleza del centro del campo del Chelsea terminó por mediatizar al entusiasmo rival. Entre tanto fragor hubo momentos de tensión, piques y dureza. John Terry salió malparado. Sufrió una patada en el rostro y fue trasladado inconsciente a un hospital.