Rafael Nadal está lanzado. Si alguien tenía dudas sobre su estado físico, en Melbourne las ha despejado totalmente. Aviso para navegantes. El número 2 del mundo no puede estar mejor. En los cinco partidos que le han llevado, de momento, hasta las semifinales del Abierto de Australia, no ha perdido ni un set. Ayer, en cuartos de final mantuvo su ritmo para deshacerse con rotundidad del finlandés Jarkko Nieminen por 7-5, 6-3 y 6-1.

Una gran victoria que le coloca a un paso de la final pero que, además, como premio extra, le permite sumar 5.980 puntos, superando la mejor marca que tuvo en su reinado de seis años como número 1 el estadounidense Pete Sampras con 5.792 puntos (11 de agosto de 1997). Nadal lleva años con una puntuación de número 1 y no ha podido acreditarlo aún porque por esas pistas del mundo juega un tal Roger Federer, que el 19 de diciembre del 2006 dejó un récord estratosférico al sumar 8.370 puntos.

ASALTO AL NUMERO UNO Desde entonces, quien más cerca ha estado de él es el actual Rafael Nadal, que en Melbourne está por primera vez en disposición de arrebatarle temporalmente el liderazgo (ver gráfico) si gana el título y el suizo no supera la ronda de cuartos que esta mañana (hora española) jugaba con el estadounidense James Blake.

"Llevo tres años con puntuación de número uno, sin serlo, y solo se me ocurre una palabra que no la voy a decir. Si, una putada dijo luego cuando insistieron. Pero no lo lamento porque he compartido parte de mi carrera con el mejor tenista de la historia", dijo.

El número uno no le obsesiona. O al menos eso asegura cada vez que le preguntan. "Es otra dimensión de objetivos. La realidad es que estoy en las semifinales, siendo uno de los menos favoritos en esta superficie y eso me da mucha confianza. Pase lo que pase, todo lo que venga ahora será para mejorar", aseguró. Nadal se siente fuerte y lo ha demostrado en cada partido que ha jugado. Ya ni se acuerda de la final que perdió hace tres semanas en Chennai ante el ruso Mijail Youzhny (6-1, 6-0) y que encendió la alarma de las dudas. "Esa final no cuenta en mi mente porque no pude jugarla. Estaba agotado", dijo. Y, por si fuera poco, además, ayer Jo-Wilfried Tsonga le quitó un peso de encima al eliminar al propio Youzhny por 7-5, 6-0 y 7-6 (8/6). Mañana (9.30 horas, Eurosport) será el tenista francés su rival y, Nadal lo ve accesible, aunque Tsonga ha sorprendido llegando hasta la penúltima ronda y dejando en el camino además a su compatriota Richard Gasquet (número 8 del mundo) y al escocés Andy Murray (número 9).

Nadal tendrá además la ventaja de jugar ante un tenista que nunca había llegado a estas alturas en uno de los cuatro grandes . No solo eso. Nadal no ha perdido ninguna de sus cinco semifinales de Grand Slam (tres en Roland Garros y dos en Wimbledon). Es el quinto español que llega a unas semifinales en Australia tras Juan Gisbert, Andrés Gimeno, Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero. A esa lista podría sumarse David Ferrer si esta pasada madrugada ha ganado al serbio Novak Djokovic.