Nuestro trabajo en defensa es inexistente, perdemos porque no defendemos nada, nuestro juego atrás es muy blando", se lamentó el entrenador del Cáceres 2016, Gustavo Aranzana, tras la derrota ante el Básquet Mallorca. Se mostró muy crítico con el partido hecho por sus jugadores, aunque dejó claro que "no es ningún problema de actitud".

"Esto hay que cambiarlo radicalmente", continuó Aranzana, que explicó que basando todo el juego en un intercambio de canastas no se puede ganar, y menos cuando en tiros de tres solo entran dos de trece de intentos. "Tenemos que crecer desde la defensa, que es sacrificio y solidaridad", dijo, para incidir en que no se pueden ganar partidos "si te meten más de 80 puntos en nuestros partidos de casa".

SIN DISCIPLINA Durante su comparecencia ante la prensa tras el partido, tuvo más perlas para sus jugadores, a los que acusó de "salir a jugar al baloncesto sin disciplina. Somos capaces de concentrarnos durante un rato --explicó--, pero se rompe el chip , empezamos a jugar con precipitación y cada uno piensa en sí mismo, en su partido. Esto hay que cambiarlo radicalmente", sentenció, para añadir de forma rotunda que "van a jugar los que yo piense que tienen que hacerlo, van a jugar los que defiendan". En este sentido, alabó al quinteto que acabó el partido, con cuatro jugadores exteriores.

Aseguró además que el equipo es capaz de defender y jugar "brillante", como los primeros minutos del tercer cuarto, cuando empató el partido, "pero solo eso, solo cinco minutos, y hay que hacerlo así durante los 40 minutos".

"Para ganar hay que sufrir y este equipo no sabe", dijo el entrenador, que interrogado sobre la eficacia reboteadora de Lucio Angulo ayer (capturó 13, seis defensivos y siete ofensivos, siendo el mejor del partido), afirmó con rotundidad que "los rebotes los coge el que va a por ellos".

¿CAMBIOS? La clave de la derrota estuvo, según él, en la superioridad del Mallorca en los uno contra uno y en el mayor orden de los visitantes. "Aquí cada uno va a su bola", espetó. Pareció contar hasta cinco cuando se le preguntó si iba a pedir cambios en la plantilla. "Eso queda entre la directiva y yo, pero de momento no", aseguró.

Seguir trabajando es la receta que dio para levantar el equipo y mejorar el juego defensivo. "Hay tiempo, la liga es muy larga", indicó. Por último, tuvo palabras de agradecimiento para el público, a quien en los 15 días que lleva en el banquillo cacereño ha pedido todo su apoyo en varias ocasiones. "Ha estado fantástico", dijo.

Mucho más feliz estaba el entrenador del Mallorca, Xavier Sastre, que explicó que se hicieron con las riendas del partido cuando lo llevaron a su terreno: la velocidad y los rápidos contrataques. "Cuando le hemos puesto ritmo al partido es cuando mejor lo hemos hecho", afirmó.