El nadador estadounidense Michael Phelps afirmó ayer sentirse "feliz" por haber logrado batir su récord del mundo en 200 metros mariposa en la final del Mundial de Natación de Roma 2009, cita a la que ha acudido, sobre todo, para que su madre pudiera conocer la milenaria capital italiana.

"Lo hice por mi madre, que quería venir a Roma Yo le dije: vale, te mando allí y tienes unas buenas vacaciones mientras yo nado", explicó. El de Baltimore volvió ayer a la primera línea de fuego, después de quedar el martes segundo en los 200 metros libre, plata, por detrás del alemán Paul Biedermann.

Y lo hizo por la puerta grande, batiendo la plusmarca mundial que logró en los Juegos Olímpicos de Pekín por 52 centésimas, que hoy quedó establecida en 1´ 51´´ y 51centésimas, lo que supone además su segundo oro.