Justo cuando Zinedine Zidane preparaba su discurso para justificar lo que parecía un tremendo paso atrás en la Liga, un tal Francisco Alarcón, más conocido por Isco, le salvó. En su primera aparición en El Molinón, ya que no lo hizo como jugador ni como técnico hasta el sábado, el entrenador francés vio como Isco y Morata resolvían una papeleta muy comprometida. Los dos piden paso. En el caso de Isco, además de su tremenda exhibición, suma nueve goles en la Liga en 26 partidos, los mismos que Benzema, con dos encuentros menos. A ambos le supera Morata, que lleva 12 en la Liga después de 21 partidos.

A estas alturas, nadie ve a Isco fuera del Madrid. Ni el Barça, donde le abrirían de par en par las puertas, ni la Premier podrán arrancarlo del Madrid. Isco termina contrato en el 2018 y no se ha comprometido con nadie. Esperará a final de curso para tomar una decisión que ahora mismo solo pasa por el Bernabéu.

«Hay muchos bocazas por ahí. Yo hablo poco y lo hago en el campo», afirmó Isco tras su tarde de ballet en El Molinón, en donde habló hasta por los codos. Tanto que el rojiblanco Vesga no tuvo más remedio que reconocer el partidazo del madridista: «He alucinado con Isco».

También alucinó Zidane, que volvió a recurrir a aquello de que se siente «injusto» con todos los que no juegan. El propio Isco se encargó de responderle. «Si no sintiera que puedo jugar más, no lo diría», afirmó el futbolista. Sus palabras van encaminadas más a la competición liguera, donde es el undécimo jugador más utilizado. Mucho más lejos está en la Champions, donde ocupa el puesto vigésimo segundo, con 77 minutos. Ahora llega una oportunidad perfecta para que el andaluz escuche el himno de ese torneo sobre el césped del Bernabéu, porque Bale no va a jugar.