Renault ha intentado mantener la misma estrategia de evolución del coche que le dio el título en el 2005: salir muy fuerte al inicio del campeonato, jugar la baza de la fiabilidad con pequeñas evoluciones durante la fase intermedia y preparar a fondo sus mejores avances para las tres últimas carreras. La temporada pasada, el Renault fue superior al McLaren en las tres primeras carreras y en las tres últimas, y en el resto de pruebas se mantuvo gracias a la fiabilidad. Según ese programa, Alonso seguirá sufriendo tras los Ferrari en las dos próximas carreras (Hungría y Turquía) a la espera de la introducción de la tercera especificación del motor --la mejor-- y un nuevo paquete aerodinámico en el GP de Italia. Si la mejora es tan sustancial como la que el asturiano utilizó el pasado año en Japón y China --entonces se retrasó algunas carreras porque solo necesitaba hacer podio para ser campeón en Brasil--, el asturiano volverá a luchar de igual a igual con Schumacher.

Por eso, el objetivo de Alonso es administrar como sea los 11 puntos que aún tiene de ventaja en las dos próximas pruebas. En Renault ya saben que deben variar ligeramente su estrategia respecto al año pasado. "No basta con ser fiables como en el 2005, cuando aprovechamos las roturas de McLaren, pues ahora está visto que Ferrari no rompe. Por eso debemos ser más agresivos con nuestra evolución", asegura Pat Symonds, el jefe de ingeniería de Renault. Solo así Alonso puede disfrutar de la mejor evolución en Monza.

Menos evolucionado

Renault trabajó muy rápido en la concepción del nuevo motor V8 y un chasis para este propulsor, y en las nuevas restricciones aerodinámicas de la reglamentación del 2006. El R26 se mostró competitivo desde el invierno y comenzó la temporada un paso por delante de los demás, aunque con un programa de evoluciones más lento. Ferrari optó por el proceso contrario, y en los cinco meses transcurridos ha introducido el doble de mejoras. Schumacher estrenó en Francia la tercera evolución del motor y probablemente dispondrá de la cuarta en Monza, cuando Alonso estrenará la tercera. La escuadra italiana aumentó su presupuesto hace dos meses con 30 millones de euros más y no tiene límite de días de pruebas en su circuito de Fiorano. El alemán ha pilotado tres coches prácticamente diferentes en las 13 carreras disputadas.