Ricky Rubio, base del DKV Joventut, vivirá mañana ante el Alta Gestión Fuenlabrada el encuentro 100 de su carrera en la ACB, "una cifra importante, porque te da el respecto de la gente", destaca. Rubio debutó en la competición el 15 de septiembre de 2005, cuando aún no había cumplido 15 años. Su primer encuentro lo disputó en la pista del Granada y aportó al triunfo de su equipo 2 puntos, 2 recuperaciones y una asistencia en 5 minutos de juego.

"La verdad es que en aquel momento no le daba tanta importancia como le daría ahora. No me daba cuenta que estaba entrando en un mundo especial, un mundo de profesionales. No tenía pensado ni siquiera viajar, pero la noche antes Aíto (García Reneses, su entrenador) habló con mi padre para decirle que tenía que ir a Granada. Antes del partido sinceramente no pasé muchos nervios, tampoco la noche antes", recuerda.

"En el calentamiento Sito Alonso, mi actual entrenador (y entonces segundo de Aíto), me dijo que estuviera preparado porque igual tenía unos minutos. Yo ya hice la rueda de calentamiento sabiendo que aquel día sería el de mi debut en ACB".

Ricky reconoce que cuando revisa las imágenes de aquel partido "se ve a un niño muy delgadito" sustituyendo en la cancha a Elmer Bennett que para él era "una referencia".

En la temporada siguiente, la 2006-07, Ricky Rubio, con apenas 16 años, ya se confirmó como un jugador importante del primer equipo, participando en 43 partidos del DKV Joventut (entre Liga Regular y play-off ).

Acabó siendo el jugador revelación de la liga. "Fue bonito, pero en aquel momento tampoco le di mucha importancia. Era el primer reconocimiento individual importante, pero en ese momento yo tenía claro que era sólo un primer paso", dice.

La pasada campaña ya fue, junto a Rudy Fernández, una de las grandes referencias de un equipo que conquistó la Copa del Rey y la Copa ULEB, además de ser elegido en el quinteto ideal de la ACB.

Su gran año le catapultó a los Juegos Olímpicos de Pekín, donde logró la medalla de plata.