Dos días para que unos enfríen el enfado y otros el entusiasmo. El derbi de la LEB del pasado viernes (Plasencia Galco 70, Cáceres 2016 52) ha dejado muy distintas caras en las dos grandes ciudades de la provincia. Mientras que en el norte se intenta controlar la euforia y aprovechar los réditos de la una victoria contundente en su resultado, en la capital se intenta por todos los medios olvidar la negra noche jerteña y recuperar lo antes posible al gran ausente de aquella cita, Josh Asselin.

Alrededor del norteamericano giraron la mayor parte de los comentarios post-partido. Nadie en el Cáceres se atreve a desmerecer el triunfo placentino, pero la sensación general es que todo hubiese sido distinto si Asselin hubiese podido saltar a la cancha. De hecho, se barajó con la opción de forzarle , porque el jugador incluso estaba dispuesto a hacer un nuevo sacrificio, pero al final se estimó que era mejor reservarle para las siguientes citas. Y que no hay demasiado tiempo para euforias o lamentaciones: mañana espera una nueva jornada de LEB.

Melilla y Ourense

Los dos equipos extremeños se enfrentan a rivales de su liga , la de la de los conjuntos que buscan la permanencia. El Cáceres confía en tener ya disponible a Asselin frente al Melilla (20.00 horas, Pabellón Ciudad de Cáceres) en una cita fundamental para encarar el futuro. Una derrota encendería más aún las alarmas en un equipo que parece haber perdido su identidad en las últimas semanas. Ya no puede hablarse únicamente de crisis de resultados (siete derrotas en los últimos ocho encuentros).

En la otra orilla las caras son totalmente distintas. El Plasencia disfruta de un triunfo que prolonga la supremacía que ha mostrado en este tipo de encuentros este curso (ya venció dos veces al Cáceres en pretemporada) y que le puede servir para afrontar con más confianza su cita de mañana (19.00 horas) en la cancha del Ourense. La llegada de Mario García consolida el muro bajo tableros que ya supone Juanjo Triguero. El fichaje de un alero ha quedado, por el momento, en punto muerto.