Tras cuatro años tan intensos como exitosos, se va feliz, "aunque con alguna marca", el responsable técnico de los triunfos de nadadores extremeños de nivel mundial, como César Castro o Fátima Gallardo. Serafín Calvo Rubio (Madrid, 27 de febrero de 1968) también ha sido el entrenador de Paloma Marrero, Juanmi Navia, Juanlu Vega o Estela González, que de su mano han estado en lo más alto. Y así hasta una treintena de deportistas, a los que ha sacado el máximo rendimiento.

No es baladí el éxito del protagonista. Tanto que, en el caso de los dos primeros, muchos no se explican cómo ha podido hacerlo. Se trata del técnico milagro de la natación extremeña, alguien capaz de lograr la gloria deportiva sin ni siquiera contar con una instalación adecuada. "A base de mucho esfuerzo y sacrificio, de mucho trabajo". Ese, dice, ha sido el secreto. No hay otro. Pero esta maravillosa experiencia toca a su fin. Hay fecha.

"El día 31 de agosto termino mi contrato y no voy a renovar. Al final es un tema personal. Tengo a mi mujer y a mis tres hijos en Madrid y la federación extremeña es pequeña y no me puede ofrecer lo que necesitaría para continuar. No puedo seguir". Calvo, con amplia experiencia como técnico, nombrado mejor entrenador nacional, vuelve a su origen "y al paro", pero con la satisfacción de haber ayudado con su trabajo a hitos históricos para el deporte regional como las mínimas olímpicas de Gallardo y Castro.

"Esto se queda en muy buenas manos". Su puesto lo ocupará quien ha sido su segundo a lo largo de los últimos tres años, el placentino Rafa Castellano, "que lo va a hacer muy bien", pronostica este exnadador que llegó a finales de campeonatos de España y que tiene acreditados 15.59 en los 1.500 libres, 51 segundos menos que Castro.

Calvo no duda de que las dos estrellas tendrán una carrera espectacular. De Gallardo subraya: "será la mejor española de la historia, con Mireia Belmonte", apunta. "Tendrá 5 o 6 años de un nivel muy alto. Es una fuerza de la naturaleza; lo peor, sus problemas de espalda", dice.

Sobre César Castro, apunta que el hecho de que una lesión le impida estar en Río, pese a ganarse la plaza, "le va a hacer que salga fortalecido". De hecho, pronostica que en cuatro años logrará de nuevo plaza olímpica y que peleará con los mejores especialistas del fondo. Incluso, cree que tendrá opciones de disputar puestos de medalla.

Se va Serafín Calvo preguntándose "por qué me echaron" en un episodio que, hace tres años, fue reconducido, afortunadamente para él y para la natación extremeña. Pero eso fue una 'marca' mala. El, que podría seguir entrenando a César Castro en el futuro en Madrid, se queda con lo bueno, que ha sido mucho.