Muy pocas veces algo tan amargo como un descenso de categoría puede resultar tan dulce como el que protagonizó hace unos meses el Villanovense. Tras un mal primer tramo de competición y la sustitución en el banquillo de Domingo Suero por Jaime Molina, el equipo verde reaccionó de forma estruendosa y estuvo a punto de seguir en Segunda B gracias a su espectacular reacción. Aún tuvo la oportunidad de, en la última jornada, al menos facilitar la continuidad en la categoría de uno de sus hermanos extremeños , el Cacereño, tras vencer al Toledo en el descuento.

Ahora, el club que preside José María Tapia quiere prolongar ese espíritu y regresar por la puerta grande. Lo primero era renovar y se consiguió. Molina podrá trabajar ahora con normalidad, sin tener que remar contra corriente, al menos desde el principio. Y pocos pueden dudar de que es favorito para estar en la fase de ascenso por lo visto en pretemporada, en la que ha ganado al propio Cacereño (1-0 en el Torneo de Miajadas).

Las novedades en la plantilla llegan principalmente desde fuera de la región: Añón (Marbella), Lolo Guerrero (Los Barrios), Sergio Narváez (Lorca), Vilches (Lanzarote), Borja Collado (Villarrobledo), Mara (Jumilla)... También se ha mirado hacia la región con, por ejemplo, el experimentado Santi (Don Benito). Además, por si fuera poco, han confirmado su continuidad referentes como Edu Jurado, Moraga, José Cobos y Pajuelo.

En suma, un equipo prometedor llamado a estar lo más arriba posible y con el que es el probablemente el presupuesto más alto de la categoría (256.000 euros).