CACEREÑO 0: Félix Campo, Cerveró (min. 33, Tariq), Jurado, Maxi (min. 47, Rocha), Cordón, Cantos, Jorge García (min. 66, Jorge Ortiz), Pedro García, Cobos, Juanma Cruz y Nacho Garrido.

MELILLA 1: César Gálvez, Redondo, Iñigo Ros, Orta, Mohammed, Angel Luis, Francis Flores, Yamal (min. 71, Waldo), Mauri (min. 88, Moya), Thierry (min. 79, José Carlos) y Dezotti.

GOL: 0-1, min. 12: Dezotti.

ARBITRO: Jiménez Moreno (Castellano-manchego). Amonestó a los locales Pedro García y Cobos y a los visitantes Mohammed, Orta, Yamal y Thierry.

INCIDENCIAS: Pasillo de honor al Cacereño juvenil, ascendido a la División de Honor sub-18.

Negra respuesta le dio el destino ayer al Cacereño tras perder ante el Melilla un partido que en todas las cuentas se daba por ganado para seguir albergando opciones de luchar por jugar la liguilla de ascenso. El gol del melillense Dezotti, pese a no romper matemáticamente las posibilidades verdes, sí aleja casi definitivamente a los de Ismael Díaz de un sueño por el que trabajaron y lucharon honradamente durante toda la temporada.

FRUSTRACION VERDE

Pero en el fútbol no siempre salen las cosas como uno las dibuja en la mente y el de ayer fue un ejemplo de frustración para futbolistas, cuerpo técnico y afición cacereños, que esperaban que el trámite televisado ante el Melilla fuese finiquitado en un abrir y cerrar de ojos para pensar así en el partido que en teoría entrañaba más dificultades de los que restaban en el calendario verde: el del domingo en el Alfonso Murube ceutí.

Pero el Melilla no venía de palmero a la primera final cacereña. Se jugaba casi media vida en la categoría y no podía dejarse sorprender. Aprovechó un error garrafal en el eje defensivo local por medio de su ariete Dezotti para marcar un gol que vale tres puntos de oro para la salvación melillense y que despertó cruelmente a los pupilos de Díaz de su sueño.

El técnico asturiano volvió a tirar de soluciones ofensivas para tratar de arreglar el entuerto , pero ayer no era el día del Cacereño. Ni Tariq, el que más corazón puso en la pelea, ni el joven Rocha ni el resto del equipo estuvieron ayer acertados de cara al marco contrario. El Cacereño acabó con dos líneas --tres defensas y siete atacantes--, pero se echaba en falta el juego por las bandas y el uno contra uno, ayer asignatura pendiente. Pese a ello, Nacho Garrido pudo empatar en un cabezazo que se marchó al larguero en la primera mitad, y su compañero Tariq también lo tuvo a su alcance en tres o cuatro ocasiones, pero el destino de sus intenciones no fue el mismo que el del balón.

Así, el Cacereño se diluyó entre tibios intentos en balones largos al área, pero la heroica tampoco estaba ayer del lado del Cacereño.