Sallier sí, Washington no. El pívot reconsideró su postura y entrenó con sus compañeros ayer por primera vez a lo largo de la semana. Hoy, a las 20.30 horas, saltará a la cancha ante el Ciudad de Huelva, mientras que, de no mediar un cambio radical, su compatriota lo verá desde la grada o simplemente se quedará en su domicilio. Ayer tampoco se ejercitó a las órdenes de Ñete Bohigas, tensando más la cuerda de una crisis que ha derivado en un expediente disciplinario. El jugador aduce que no está al día de sus emolumentos.

No es que Sallier haya cobrado y Washington no. El estado de sus cuentas sigue siendo el mismo que el de los últimos días, con el matiz de que a Sallier se le debe bastante más dinero que al alero. Sin embargo, ha estimado que lo mejor para su carrera y para un club hacia el que ya ha ofrecido muestras de comprensión y cariño --tiene un pagaré que no ha ejecutado-- es volver.

La respuesta del Cáceres ante el absentismo de sus americanos ha sido diversa. En principio abrió expediente disciplinario a ambos, pero luego frenó el de Sallier y continuó con todas las consecuencias con el de Derell Washington, cuya etapa como verdinegro está a punto de acabar de no haber un enorme giro.

PACIENCIA La consigna que Ñete Bohigas transmitía ayer a sus jugadores nada más comenzar el entrenamiento de la tarde era clara: "Vamos a centrarnos en el partido y dejar que en el club hagan su trabajo". El entrenador del Cáceres sabe que el encuentro ante el Huelva llega en un momento demasiado crispado, pero intenta transmitir ánimos a la plantilla que le queda.

Washington siguió la sesión preparatoria escuchando música mientras sus compañeros ultimaban los preparativos para el encuentro. "Perdona, pero de esta situación prefiero no hablar", dijo el alero cuando este diario se dirigió a él.

Más elocuente estuvo Sallier, que lamenta todo lo que está ocurriendo. "Esto no va bien para ninguna de las partes, pero la directiva tiene cosas que arreglar. Saldremos a ganar al Huelva y esperaremos a ver qué ocurre la semana que viene", dice.

"Yo estoy muy contento aquí en Cáceres y no quiero irme a ningún otro sitio, pero no puedo estar pensando en estas cosas todos los días y luego estar al cien por cien en la cancha", afirma.

"Washington está más enfadado, porque ya le ha pasado algo parecido en otros equipos, pero a mí es la primera vez que me ocurre. Por eso yo puedo tener un poco más de paciencia", indica Sallier, que deja entrever que si la situación no se solventa antes de las vacaciones navideñas podría abandonar el club e incluso el baloncesto profesional.

LA LUCHA DE BOHIGAS El entrenador del Cáceres vive con dureza el plante de las dos últimas semanas, pero prefiere "prestar más atención a los que están que a los que no". "Los siete u ocho que estemos tenemos que sacar el partido y ya está", pide con contundencia.

El choque, del que se ha hablado demasiado poco esta semana, tiene su importancia. El Cáceres se aferra a sus últimas opciones de estar en la Copa Príncipe de Asturias frente a un Huelva en ascenso en las últimas jornadas. Los andaluces no han dado de alta aún a John Williams y tienen la duda del alero Isaac López.