Julio Holgado, tal que ayer, era un joven estudiante que se apostaba en una esquina para ver pasar a Luis Landero y robarle unas palabras, un magisterio, un padrinazgo que no cuajó. Pero ni esa orfandad, ni el nudo de corbata tras el que se esconde el brillante economista en que se ha convertido aquel muchacho han sido capaces de silenciar al diablo literario que le poseyó en la infancia. Tras publicar La última ciudad del mundo y El juego de Axelrod , el silencio. Ahora aparece con una novela sobre la crisis. BrokerManiac . En realidad la novela salió en España en junio de 2012, con una muy razonable acogida desde el principio. Creo que ayuda el hecho de que la temática de la novela no pase de moda. Luego, a finales de diciembre del 2012 se lanzó en el mercado mexicano, bajo patrocinio de Telefónica Movistar.

--¿Por qué México?

--México atraviesa un excelente momento económico, y tiene un mercado literario en plena expansión. Aunque el sector editorial mexicano se parece al nuestro, hay allí más apetito por las novedades literarias y por la gente nueva. Más receptividad por parte del público y, lo que es más interesante, por parte de los medios de comunicación.

--Y allí sí ha conseguido un excelente padrinazgo.

--El presidente de Telefónica México (exministro de Economía de este país) encabezó la presentación a los medios hace unas semanas. Estoy muy agradecido por ello, ya que supuso una gran difusión y dio lugar a contactos y entrevistas con muchos medios de radio y prensa escrita

--Parece lógico que un economista con vocación literaria fabule sobre la crisis.

--La idea surge en el año 2008. Yo acababa de llegar a México como consultor financiero de Management Solutions. En las noticias todos los días resonaban los ecos de la crisis económica, que en aquel momento empezaba en Wall Street y las hipotecas subprime , la quiebra de Lehman Brothers. Sin duda era algo histórico. Se hablaba del fin del capitalismo. Me puse en situación y pensé: ¿qué hubiera sido de mí si yo hubiera estado allí? La novela nació como una respuesta a esta pregunta.

--¿Qué hubiera hecho usted?

--En la novela aparece una frase que dice: "El hombre es un ser gregario, por naturaleza. Nos cuesta menos ir a una guerra que al dentista". Me parece muy útil para explicar cómo mucha gente puede actuar ciegamente y contribuir, sin quererlo, a la formación de una burbuja inmobiliaria o bursátil.

--Emplea los términos "mucha gente", "ellos", "Wall Street", como si temiera apuntar con el dedo a un culpable real, con nombres y apellidos.

--Es que es posible que no haya culpables en esta crisis, sino personas que se vieron empujadas a participar en una ilusión colectiva.

--Su teoría es la de un culpable anónimo, como el propio protagonista de BrokerManiac.

--El protagonista, que tiene el apodo de BrokerManiac , es una persona anónima y normal a quien el destino pone allí de manera casual. Alguien que se ve empujado a triunfar, a asumir riesgos, por el simple hecho de que todos a su alrededor hacen lo mismo. Así pues, la novela lleva a la siguiente reflexión: ¿hubiera cambiado la historia, le pusiéramos al protagonista el nombre y apellidos que le pusiéramos?

--¿Quiere decir con esto que la crisis era inevitable, una especie de fatalidad?

--Vamos a ver, en la novela aparecen todo tipo de personajes. Todos ellos empujan sin quererlo el engranaje de una maquinaria llamada burbuja , porque todos tienen sueños y aspiraciones, y en su pequeña medida no creen que lo suyo afecte a los demás. Pero, claro que también hay personajes con más conocimiento de causa, como brokers , políticos, banqueros y especuladores sin escrúpulos. Ellos sí podían haber detenido la locura.

--En resumen, que la crisis nace por la ambición de unos pocos.

--Esa es la respuesta fácil. La ambición en sí misma es legítima. Es la que nos empuja a estudiar, sacrificarnos. Progresar. De ahí que la mayor parte de la gente que formó parte del engranaje de la burbuja no se sienta culpable, porque en su pequeña medida solo querían progresar. Yo diría que la verdadera causa es la ambición descontrolada, sin unas normas que la controlen y restrinjan. Creo que hoy todo el mundo ha aceptado esta idea, pero en los tiempos de esta novela Wall Street era una jungla en la que coincidía gente (especuladores incluidos) que solo tenían la legítima aspiración de mejorar su calidad de vida, y que pensaron que los controles estaban ahí. Pero no estaban.

--Y ese descontrol acaba llegando a España.

--A todas partes. Hay en la novela un personaje que dice: "Cómo puedes pretender que una persona entienda una cosa, cuando su sueldo depende de que entienda justamente la contraria". Esa misma frase se la podríamos adjudicar en España a todos esos empleados de banca que concedían hipotecas demasiado alegremente, las mismas hipotecas que el cliente aceptaba sin estar seguro de poder pagarla. ¿Fueron todos ellos, empleados de banca y clientes, culpables de lo que sucedió?

--Crisis, especuladores, economistas, tiburones de Wall Street, brokers perseguidos, protagonistas camuflados tras un oscuro anonimato. Dicho así suena a novela compleja y seria.

--Es que no es un libro sobre la crisis. Es una novela de suspense que habla de saber qué le ocurre a la gente normal cuando se ve empujada a vivir la vida como si fuera un deporte extremo. Y escrita en lenguaje sencillo, y con un punto de ironía. También hay humor, mucho humor.