El proceso de paz abierto a raíz del alto el fuego permanente de ETA sigue teniendo, a juicio del Gobierno, "bases sólidas". Así de "convencido" se mostró ayer el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que alberga serias dudas sobre la verdadera responsabilidad de ETA en los "atentados" --así los definió-- perpetrados el sábado en Barañain (Navarra) y el domingo en Getxo (Euskadi). Pérez Rubalcaba adelantó que la policía aclarará en pocos días si la banda ha ordenado reactivar la kale borroka o si los ataques del fin de semana son sólo "hechos aislados".

De la respuesta a este interrogante dependerá en buena medida la intensidad y el ritmo del proceso de paz. Porque, aunque el Ejecutivo sigue persuadido de que la voluntad de ETA de abandonar las armas es firme, tampoco se le oculta que el PP difícilmente podrá apoyar el inicio de negociaciones con la banda mientras persistan actos de sabotaje como los del fin de semana.

SE MANTIENE EL CALENDARIO Por ahora, según fuentes oficiales, José Luis Rodríguez Zapatero mantiene su propósito inicial de anunciar al Congreso la apertura del diálogo con ETA a finales de mayo, en el debate sobre el estado de la nación. Pero las previsiones del presidente del Gobierno están condicionadas a que las fuerzas de seguridad del Estado verifiquen antes que el cese de actividades de la banda es total. Dicho de otro modo, Zapatero pospondría sin fecha el anuncio ante la Cámara baja si la policía detectara que la banda ha alentado cualquier acto terrorista.

Sin embargo, no es ésa la presente percepción del Ejecutivo. Tras expresar la "certeza" del Gobierno de que ETA ha tomado la "decisión" de abandonar toda extorsión a empresarios, ayer el ministro del Interior, en declaraciones a la SER, incluso estableció distinciones entre los dos ataques cometidos el fin de semana.

Confirmó Rubalcaba que "hay dudas" sobre la autoría del incendio provocado en la ferretería de un concejal de la Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Barañain, por cuanto los herederos de Batasuna en esta localidad navarra se solidarizaron el domingo con los vecinos afectados. Por contra, dijo no tener "ninguna duda" de que el lanzamiento el domingo de cócteles molotov contra la oficina de una empresa de seguros en Getxo fue un acto clásico de violencia callejera, pues aparecieron octavillas en defensa del presunto etarra Ibon Meñika, recientemente encarcelado. Lo que no tiene por qué implicar, precisó, que ese ataque responda a "una decisión de ETA de reiniciar la kale borroka ".

A PUERTA CERRADA Tras analizar los últimos acontecimientos del fin de semana en un encuentro, a puerta cerrada, de su junta directiva nacional, el PP concluyó ayer que el alto el fuego permanente declarado por ETA "no es real". Y que, por tanto, no se ha verificado que la intención de la banda sea dejar para siempre la violencia. El número dos de los populares, Angel Acebes, definió como una "evidencia" que no existe un alto el fuego en tanto sigan registrándose atentados de ETA o de su entorno.

Aunque ratificó que el Gobierno cuenta con el apoyo del PP "para derrotar a ETA", Acebes matizó que lo que hay que verificar es "si la organización va a entregar las armas y desaparecer", y no "si se va a estar quieta una temporada". Incluso aseguró tener constancia de que algunos empresarios vascos han recibido cartas de extorsión de la banda fechadas en abril, con el alto el fuego ya en vigor. Su denuncia, sin pruebas, fue desmentida por las patronales de Euskadi.

El número dos del PP también criticó a Zapatero por no tener "una palabra para el concejal de UPN" de Barañain cuya ferretería fue incendiada, pero sí "para decir que Arnaldo Otegi hace esfuerzos por la paz". Sin embargo, no quiso suscribir las palabras del presidente navarro, Miguel Sanz, quien consideró que el incendio de Barañain "obliga" a Zapatero a "interrumpir toda actuación que se encuadre en el llamado proceso de paz".

El también líder de UPN --la marca electoral del PP en la comunidad foral-- opinó que no hay diferencia alguna entre los ataques de Barañain y Getxo y los que se producían antes del alto el fuego. "Esto es un acto terrorista puro y duro. Han hablado los hechos y, desgraciadamente, nos han dado la razón", concluyó. Por ese motivo, Sanz aseguró que la situación actual "no permite a Zapatero solicitar autorización a las cortes" para iniciar el diálogo con la banda.

REPARTO DE PAPELES Con frecuencia, Mariano Rajoy autoriza que sus intervenciones ante la junta directiva del partido sean a puerta abierta, con presencia de las cámaras. Pero ayer el presidente del PP --que el sábado, tras recibir una llamada de Zapatero, empleó su tono más moderado al comentar el ataque de Barañain-- prefirió que fuera Acebes quien compareciera ante los medios, abonando la teoría de un reparto de papeles en la cúpula popular.

Al Ejecutivo esta dualidad del PP empieza a sacarle de quicio. Tanto, que ayer el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, no quiso comentar las palabras de Acebes, ni siquiera para rechazar la denuncia sobre la supuesta exigencia del impuesto revolucionario por parte de ETA. "Para el Gobierno, lo relevante son las palabras de Rajoy y sólo del señor Rajoy, que recientemente ha sido bastante explícito sobre el proceso de paz", sentenció.