Como un parásito, el cáncer utiliza los propios recursos del organismo para desarrollarse y extenderse. Es lo que se conoce como angiogénesis --desarrollo de vasos sanguíneos para obtener nutrientes-- y metástasis --la diseminación del tumor hacia otros órganos-- y es lo que pretende frenar el grupo de investigación Biología Molecular contra el Cáncer de la Universidad de Extremadura (Uex).

"Queremos conocer cómo se producen estos dos procesos para, posteriormente, desarrollar compuestos químicos o moléculas que permitan detenerlo", explica Pedro Fernández, el coordinador del grupo. Equipos como este son los que han situado a la Uex por encima de universidades como la del País Vasco o la Politécnica de Madrid en productividad de la investigación.

En este momento los biólogos extremeños están centrados en uno de los componentes de algunas proteínas y células, el receptor nuclear, que ya se conocía que está implicado en la formación del tumor. Sin embargo, lo que en la Uex buscan demostrar es que también participa en la angiogénesis y la metástasis. Por eso han puesto su empeño en una dioxina, "un tóxico ambiental muy potente" que aparece en estos receptores.

Una vez que conozcan cómo se desarrolla el proceso podrán lanzarse a la búsqueda de una solución para detener o impedir el crecimiento y extensión de los tumores. De ahí la importancia de esta investigación en la que participan otras instituciones como el Centro del Cáncer de Salamanca, el Centro de Biotecnología de Madrid, el CNIO y universidades extranjeras como la de Cincinnati.

Para el grupo de investigación extremeño la colaboración con otros organismos nacionales e internacionales es imprescindible. "Nos falta cierto equipamiento para disponer de la última tecnología, pero esto no es un inconveniente porque estamos dispuestos a movernos lo que haga falta para acceder a esos recursos que nosotros no tenemos pero que sí poseen otros centros con los que colaboramos".

En total son siete investigadores más cuatro colaboradores que, aseguran, no paran de trabajar en nuevas aplicaciones. "Ahora estamos estudiando si desarrollar la patente o un modelo de aplicación para poner el mercado unas moléculas que incentivan el receptor que interviene en el cierre de las heridas", explica Fernández. Se trata de un compuesto que estimularía la cicatrización y cierre de las heridas. Pero, ¿qué relación tiene esto con el cáncer? "Sencillo, es un proceso muy parecido al del receptor nuclear de los tumores. Nos servirá para aplicarlo en cómo cerrar las puertas al cáncer", remata.