La puesta en riego de la zona de Tierra de Barros avanza. Las estimaciones son que el proyecto pueda salir a licitación el año que viene, de manera que la obra empiece en 2016 y se esté regando en 2018. Ahora mismo se halla en fase de anteproyecto por parte de la Consejería de Agricultura, pero ya se ha realizado una primera delimitación parcelaria, siempre provisional y con futuras correcciones en función de la demanda, y se acaban de iniciar los trámites para constituir su Comunidad de Regantes de la zona, cuya primera reunión, a fin de iniciar la redacción de los estatutos, ha sido fijada para el 6 de noviembre en Almendralejo. A esto se suma la reciente declaración de Proyecto de Interés Regional (PIR) del Gobierno extremeño, necesario para acometer las correspondientes expropiaciones.

Según José Luis Gil Soto, director general de Desarrollo Rural, el proyecto parte de la estimación de agua que pueda suministrar la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) a la zona, la cual ha sido fijada en 41,47 hectómetros cúbicos anuales.

Las tomas partirían de los embalses de Alange y Villalba de los Barros, cuya construcción acaba de concluir este año, así como de las depuradoras de aguas residuales de Almendralejo y Villafranca de los Barros. Ahora mismo, estas aguas, entre 3 y 5 hectómetros cúbicos por año, se vierten al río una vez tratadas, pero ahora se van a reutilizar para riego, cuestión que goza de gran respaldo económico por parte de la Unión Europea. Además, habrá que levantar balsas intermedias de distribución, para lo que se realizarán las oportunas expropiaciones, al igual que para dotar al sistema de sus redes de regadío hasta la toma en cada parcela.

Con el agua disponible se van a poder regar 15.000 hectáreas al año de forma holgada. De ahí la extensión de terreno fijada y no otra, dado que se han recibido peticiones de agricultores interesados de cerca de 36.000 hectáreas. Lo que se ha hecho, señala José Luis Gil Soto, es marcar una delimitación por anillos concéntricos, de forma que ha resultado una distribución que coge fundamentalmente a los términos municipales de Almendralejo (4.300 hectáreas), Aceuchal (3.210), Alange (3.018), Villafranca (2.059), Villalba de los Barros (739) y Torremejía (670), aunque también los de Fuente del Maestre (370), La Zarza (231), Solana de los Barros (195), Ribera del Fresno (161), Villagonzalo (75) y Mérida (62).

José Luis Gil Soto insiste en que esta delimitación "no es definitiva" y que "puede sufrir modificaciones en función de las peticiones que finalmente se materialicen sufragando la parte proporcional que les corresponde". También que "se trata de un proyecto que atiende a una zona, nunca a un reparto por municipios". Y añade que a quienes va dirigido es a los agricultores y éstos muchas veces residen en una localidad y tienen sus tierras en la de al lado.

Para realizar este proyecto se han tenido en cuenta dos parámetros fundamentales: que el importe de la obra no supere los 6.000 euros por hectárea (precios muy competitivo dado que hay precedentes que rondan los 10.000 y los 12.000 euros) y que el coste de explotación (agua más electricidad) no sea superior a los 300 euros al año. Desde la Consejería de Agricultura se dan por satisfechos dado que el proyecto a desarrollar cumple ambos planteamientos.

Con esta premisa, lo que se requiere ahora son peticiones formalizadas, para lo que habrá que esperar a la constitución de la Comunidad de Regantes y sus directivos (se espera para enero). No obstante, en la administración regional entienden que no va a haber problemas para completar el cupo dado que existe el doble de peticiones que lo ofertado. Hay que tener en cuenta que embarcarse en esta actuación resulta muy apetecible. Y es que no se trata tanto de alcanzar el máximo de riqueza del terreno dotándolo de un regadío moderno, como de la subvención recibida.

Hoy por hoy se desconoce qué porcentaje va a sufragar la Junta de Extremadura. Se sabe que existe una dotación de las arcas regionales de 50 millones de euros provenientes del pago de la Deuda Histórica a Extremadura, que se sumarán a los 40 millones de euros que se esperan recibir de fondos europeos provenientes del Programa de Desarrollo Rural.

Como se desconoce el coste real de la obra, aunque se estima en el entorno de los 100 millones de euros, no es posible determinar con exactitud qué porcentaje de esos 6.000 euros por hectárea tendrá que pagar el agricultor. No obstante, se trabaja en una horquilla que va del 25 al 40%. Así las cosas, pagando entre 1.500 y 2.200 euros por hectárea resulta una inversión altamente interesante, sostiene Gil Soto, para lo que además Cajalmendralejo ya ha anunciado que va a abrir una línea de crédito con condiciones especiales.

Agricultura destaca que los precedentes en Extremadura, y también en otros territorios de España, es que el coste de los trabajos se sufraguen al 50% entre las dos partes. Aquí se va a poder subir la aportación de la administración, fundamentalmente por la disponibilidad de fondos y la voluntad de Gobierno.