La contratación de hoja de tabaco en la presente campaña 2018/2019 ascenderá a 29.273 toneladas y la superficie cultivada se mantiene en 8.827,5 hectáreas (un 0,4 % más que el año anterior), de las que un 98,8 % se ubican en Extremadura, región que acapara el 99 % de la producción contratada.

Los datos han sido aportados por la Organización Interprofesional del Tabaco de España (OITAB), para la que estas cifras "confirman la importancia de este cultivo en Extremadura".

En cuanto a variedades, el Virginia supondrá el 96 % del total de las contrataciones, seguido del Burley (3,3 %) y Havana (0,74 %), los cuales registran caídas del 27 % y el 40 %, respectivamente, en línea con la tendencia mundial del mercado, donde "la variedad Virginia va ganando cada año más importancia".

En la presente campaña, se registra un aumento del 10,25 % en el tamaño medio de las explotaciones, que en la actualidad se sitúa en 6,45 hectáreas.

España cuenta hoy con 1.368 productores de hoja de tabaco, además de en Extremadura -donde se ubican el 97 % del total-, en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Navarra.

Este año, las industrias de primera transformación -aquellas que procesan la hoja y la preparan para venderla después a los fabricantes- que han confirmado sus compras son Cetarsa, cuya contratación equivale al 75,8 % del total previsto, un punto porcentual más que en la pasada campaña; Deltafina (14,6 %), Mella (6 %), Verde, Blanco y Verde (2 %) y Agroexpansion (1,45 %).

Estas cifras de contratación revalidan a España como el tercer país productor de hoja tabaco de la Unión Europea.

Esta producción agraria tiene gran importancia como motor económico en el norte de Cáceres, con un impacto económico de 120 millones de euros y el liderazgo en las exportaciones agrícolas de la provincia de Cáceres.

En su conjunto, las actividades ligadas al cultivo y primera transformación de hoja de tabaco generan en torno a 3.400 empleos anuales.

"Precisamente, el peso de esta producción agrícola y la ausencia de alternativas económicamente viables exigen velar por su continuidad", han defendido los tabaqueros.

En este sentido, OITAB ha valorado el nuevo decreto de la Junta de Extremadura para establecer un régimen de seguimiento y localización que permita reforzar la trazabilidad existente sobre la hoja de tabaco.

"Esta nueva regulación es positiva pues supone incorporar un control adicional al existente en la actualidad", ha aseverado la organización.

El cultivo de hoja de tabaco, su curado y la posterior entrega a las empresas de primera transformación se documenta en contratos anuales, que son registrados y en los que se reflejada la relación de cultivadores, superficies, información de las parcelas de cultivo y volúmenes de producción.

Toda esta información se remite anualmente a las Consejerías de Agricultura y desde éstas al Ministerio de Agricultura.

Otro factor que indudablemente favorece el control es el elevado nivel de estructuración existente, ya que en torno al 95 % de la contratación se realiza a través de siete agrupaciones de productores, y cinco empresas de primera transformación.

La OITAB integra a la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco (Asaja), Cooperativas Agroalimentarias, la Asociación Provincial de Cultivadores de Tabaco de Granada, UPA y la Asociación Nacional de Empresas Transformadoras de Tabaco (ANETAB), que integra a su vez a Cetarsa, Deltafina y Agroexpansión.