El conocimiento del borrador del decreto de aprovechamiento de la energía eólica que ha elaborado la Junta de Extremadura ha dejado heladas a las empresas interesadas en la construcción de parques en la comunidad. Las empresas consultadas por EL PERIODICO EXTREMADURA aseguran que "cambia mucho las reglas del juego" la obligación por parte de los promotores de parques de tener que crear tres puestos de trabajo por cada megavatio (MW) de potencia que se instale en suelo extremeño. De media, cada parque oscila entre 20 y 40 megavatios. Cada aerogenerador suele tener un megavatio, aunque también los hay de dos.

La regulación que prepara el Gobierno extremeño se encuentra en fase de borrador, cuyo contenido ya publicó este periódico el pasado jueves. En los requisitos materiales para la autorización, se recoge que cada parque tendrá que crear por cada megavatio "tres empleos estables y directos industriales y/o empresariales promovidos con ocasión de la instalación, pero diferentes a los creados por la construcción y mantenimiento del parque". Es decir, lo que pretende la Junta es que la llegada de los parques venga acompañada de una industria auxiliar.

INDUSTRA YA DESARROLLADA Fuentes del sector eléctrico aseguran que si el borrador no se flexibiliza la situación está "muy complicada" para que las empresas inviertan, ya que la industria auxiliar (fábricas de aerogeneradores y palas) está ya muy desarrollada en otras partes de España. Hasta el momento han mostrado interés por la energía eólica en Extremadura empresas como Endesa, Iberdrola, Pitarch, EHN o Gamesa. La mayoría de estas empresas no son fabricantes de equipos, lo que complica sus posibilidades.

Las mismas fuentes añaden que "se está demorando mucho la entrada de la energía eólica en la región", cuando hay comunidades con una larga trayectoria en este campo, como Navarra o las dos Castillas. "La generación natural de puestos de trabajo no es esa", explican desde una eléctrica, sino que son los ayuntamientos los que --a través del canon por aerogenerador que reciben de las compañías-- han de saber administrar esos recursos para crear prosperidad en la zona.

Uno de los anexos que acompaña al borrador es un listado de 15 zonas inicialmente descartadas por la Junta para instalar parques eólicos debido a su "sensibilidad ambiental". Se trata fundamentalmente de zonas de especial protección de aves (Zepas).

Para Javier Pitarch, del grupo extremeño Pitarch, con esta regulación la situación está "bastante complicada". "Crear tres puestos de trabajo por megavatio es bastante complicado", añade. Pitarch, al igual que otras fuentes consultadas, considera que la lista de zonas restringidas es excesiva y que además coincide con las áreas de más viento de toda la región.

"Fuimos los primeros interesados en la energía eólica y seguimos interesados, pero esperamos que esto se modifique y exista voluntad real de que se desarrollen los parques eólicos en Extremadura", concluye. La Junta dice haber recibido decenas de solicitudes de empresas para instalar parques eólicos, pero que al final se estima que podrían construirse unos treinta con una potencia de 1.000 MW.

Es más que probable que de mantenerse en la regulación definitiva los preceptos aparecidos en el borrador muchas empresas, sobre todo las de menor capacidad financiera, arrojen la toalla ante la imposibilidad de cumplir con el requisito de generación de empleo. En España, al cierre del 2004, había 8.263 megavatios instalados. Sólo Cantabria, Extremadura y Madrid no explotan la energía eólica.