Un centenar de funcionarios de los centros penitenciarios de Badajoz y Cáceres se concentraron ayer en las puertas de las dos cárceles para protestar por la masificación de presos y para reclamar un incremento de plantilla.

Los sindicatos convocantes (CSI-CSIF, ACAIP, UGT y CCOO) dieron datos que avalan la saturación de las prisiones extremeñas. La de Badajoz está habilitada para 450 internos y actualmente alberga a casi 900; mientras que la de Cáceres, que es para 300 reclusos, acoge a 500.

Diego Márquez, de CSI-CSIF, explicó a que los sindicatos mantienen esta reivindicación desde hace "muchos años" y que el detonante de la protesta fue el secuestro de unos funcionarios por reclusos amotinados en Valencia. Andrés Rayo estimó en Badajoz que se necesita un aumento de la plantilla de vigilancia interior del 20%, unos 32 funcionarios más de los 160 que hay en la actualidad.

La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, admitió en Badajoz que las centros extremeños están "superpobladas" y confió en que los 12 que se construyen, un abierto en Cáceres, solventen el problema.

El crecimiento de la población reclusa ha implicado la elaboración de un plan nacional que incluye la construcción de 11 nuevas cárceles entre el 2006 y el 2012, que permitirán acoger a alrededor de 18.000 condenados, según Pereira. Esta iniciativa dará lugar a que muchos presos no extremeños se marchen a otros centros del país y se reduzca la masificación.