La luz del alba anunció ayer desde muy temprano a los villanovenses de la inminencia de uno de los momentos más especiales y emocionantes del año: la procesión de La Carrerita del Domingo de Resurreción. Un evento que volvió a congregar a más de 12.000 personas en la plaza de España de Villanueva de la Serena, muchas de las cuales aguantaron impasibles más de una hora para poder disfrutar de algo menos de treinta segundos, que es lo que duró la carrera de la Virgen de la Aurora al encuentro del Padre Resucitado.

En el día de La Carrerita no existe la palabra pereza, pues todos madrugan para no perderse este evento tan singular, que ayer tuvo cabida en la mayoría de los telediarios nacionales.

A las seis y media de la mañana, los hermanos de la Aurora hicieron el sorteo para saber qué cuatro personas iban a portar a la Virgen. Y es que para ellos es un orgullo "correr a la Virgen" al menos una vez en la vida.

En la plaza, a la que iba llegando un goteo interminable de gente, las discusiones fueron inevitables a la hora de "adueñarse" de un buen sitio para contemplar el espectáculo, mientras que la policía local se afanaba para dejar libre el pasillo por donde se realizaría la carrera.

CRECE EL NERVIOSISMO Conforme se acercaban las nueve de la mañana, las campanas de la Asunción arreciaron y ayudaron a incrementar más si cabe el nerviosismo entre los presentes. Es entonces cuando el murmullo de la gente se volvió incesante y la tensión subió por momentos.

Una vez llegado el Resucitado a la altura del ayuntamiento, es cuando el pendón blanco apareció por tercera vez y detrás salió la Virgen de la Aurora por la puerta lateral de San Pedro de la iglesia de la Asunción. Ayer lo hizo cuando el reloj de la torre marcaba las 9:20. Al doblar la esquina y ver al Padre, es cuando inició la carrera que terminó con las dos imágenes siendo balanceadas de alegría. A los vaivenes se unieron los aplausos, los vítores y los acordes de la banda. Luego, fue la procesión, y ya hasta el año que viene.