Los extremeños son aún más reacios que la media de los españoles a vivir en régimen de alquiler. Además, la tendencia se ha agudizado en la última década. De este modo, en 1991 el porcentaje de viviendas en arriendo sobre el total de casas ocupadas en Extremadura era del 12%, mientras en los últimos diez años, este porcentaje ha bajado hasta el 8,8% de alquileres.

En el total de España los porcentajes crecen algo (15,1% en 1991 y 11,5% en el 2001), pero siguen siendo aún muy escasos.

Según los expertos inmobiliarios, esta situación se debe, por un lado, a la consideración de la vivienda no sólo como un bien de uso, sino como una inversión de futuro. Por otra parte, existe --al hilo de la alta tasa de casas vacías-- cierta reticencia de los propietarios de viviendas a meter ´gusanos´, según el argot, por la inseguridad jurídica y la prolongación de los trámites de desahucio en caso de impago.