El portavoz Grupo Socialista de la Asamblea de Extremadura, Ignacio Sánchez Amor, subrayó ayer que el PP extremeño ha sustituido su tradicional psicosis anti-Ibarra por una no menos perniciosa psicosis anti-Gallardo.

El portavoz socialista respondió así al secretario general del PP extremeño, César Díez Solís, acerca de que la política industrial de la Junta favorece la concentración de sectores estratégicos en manos de este grupo empresarial, tras el cierre de la planta de Repsol Butano en Mérida y la posibilidad de que la firma del empresario jerezano asuma la distribución de gases licuados desde la futura refinería de Tierra de Barros.

Para Sánchez Amor, es muy satisfactorio que empresas extremeñas puedan ofrecer a la región los productos que consumen los ciudadanos. "Eso es ganar autonomía económica y depender más de nosotros mismos", añadió.

Por otro lado, Sánchez Amor recordó a los populares que "en un mercado libre como el del gas licuado para uso doméstico, cualquiera puede crear su empresa y vender su producto".

Para finalizar, el socialista subrayó que "si el PP cree en la libertad de empresa, que no se oponga al crecimiento empresarial extremeño".

Por su parte, Díez Solís, volvió a arremeter ayer contra la política de inversiones en infraestructuras de la Junta y del Gobierno de España y lo achacó a la actitud del PSOE en esta materia.