Uno de cada cuatro jóvenes extremeños de entre 15 y 34 años ni estudia ni trabaja. Son casi 60.000 personas las que se encuentran en esta situación en Extremadura; el 23,9% del total de quienes están en esa franja de edad, la tasa más elevada del país, donde el índices de ‘ninis’ se sitúa en el 17,9%; según los últimos datos oficiales del Ministerio de Educación, correspondientes al año 2017. Tras Extremadura se sitúan Andalucía (26,6%) y Canarias (21,1%); mientras que en el extremo contrario están País Vasco (11,8%) y Aragón (13,2%).Del total de jóvenes sin estudiar ni trabajar en la comunidad autónoma; el 25,6% son mujeres y el 22,3% hombres. Además, casi el 34% de ellos no habían terminado sus estudios de Secundaria; frente a un 18% que sí los tienen acabados e incluso tienen estudios superiores.

Los datos del ministerio también recogen esa situación entre los jóvenes de entre 15 y 29 años; siendo Extremadura también la región con un mayor porcentaje de quienes no estudian ni trabajan; con un 21,5%; es decir, 39.000 jóvenes en la región; frente al 16,4% de media en España.

Echando la vista atrás para poder analizar mejor la evolución de estos parámetros, resulta curioso como diez años antes, en 2007, ese porcentaje de ‘ninis’ en Extremadura apenas superaba el 15% (casi 9 puntos menos que ahora), lo que da cuenta de las consecuencias también en este sentido provocadas por la crisis económica generalizada vivida en el país desde esa fecha. Los picos más elevados de jóvenes sin estudiar ni trabajar en la comunidad autónoma se situaron en los años 2012 y 2013 (con más del 28% en ambos casos). Desde entonces, nunca se ha bajado del 23%.

De entre todos, la mayoría de aquellos en edad de trabajar se han visto abocados a esta situación debido a la crisis económica instalada en España desde hace una década. Y eso se traduce en que más de 10.000 jóvenes encuadrados dentro de este colectivo que no trabaja tiene terminada la Secundaria o estudios universitarios.

A este respecto, cabe destacar también que cada vez son menos extremeños los que abandonan sus estudios de manera temprana; es decir, el porcentaje de extremeños de entre 18 y 24 años que tiene la ESO y no sigue estudiando. El pasado año volvió a alcanzar un nuevo récord histórico, situándose la tasa en el 19,2%; lo que supone el dato más bajo desde que se registra esta información.

AÚN POR DEBAJO DE LA MEDIA // Aún así, la región sigue todavía por debajo de la media nacional (18,3%); aunque ya está por encima de Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Murcia; pero aún lejos del País Vasco y Cantabria, las que mejores nota sacan en este sentido.

El pasado año, por ejemplo, las aulas extremeñas registraron 1.200 alumnos absentistas. Estudiante de en torno a 16 años, perteneciente a una familia con alto riesgo de exclusión social, y localizado en población urbana o rural de gran actividad agrícola. Ese es el perfil mayoritario de entre esos alumnos que no van a aclase. En cualquier caso, Extremadura está evolucionando favorablemente en los últimos años. Basta solo un dato: en el 2012 el abandono afectaba al 32% de los jóvenes extremeños y en solo un lustro ha descendido más de 13 puntos.

Hay que recordar que la normativa establece el derecho a una educación básica obligatoria y gratuita de todos los menores con edades comprendidas entre los 6 y los 16 años, lo que corresponde a las etapas de Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria.

El alumnado absentista suele vivir en ciudad o en municipios de gran actividad agrícola de temporada (Badajoz, Mérida, Tierra de Barros, Miajadas y Talayuela), zonas que, por un lado, concentran un mayor número de población escolar y en las que, por otro, existe un amplio porcentaje de alumnos de familias de minorías étnicas e inmigrantes que trabajan en el campo, con «mucha movilidad e inestabilidad laboral», según la última memoria anual del Plan de prevención, control y seguimiento del absentismo escolar.

LA SITUACIÓN DE ‘NINIS’ EN EL PAÍS //Por el contrario, en España se alcanzó el pasado año la cifra más baja de ‘ninis’ desde 2007, reduciéndose esta situación en un millón de jóvenes de entre 15 y 29 años. Sin embargo, eso no le sirve para ser el segundo país de Europa con mayor crecimiento de estos parámetros, solo superado por Chipre, según los últimos datos de la oficina de estadística comunitaria Eurostat.

En una década que ha estado marcada por la crisis financiera mundial, la cifra de jóvenes españoles que ni tienen empleo ni cursan estudios aumentó en ocho puntos porcentuales, hasta el 21%.

Si se mira la evolución en la última década, en la UE el nivel se mantuvo relativamente estable, aunque la situación divergió mucho entre países, con dieciséis en los que la cifra aumentó y doce en los que cayó. El empeoramiento sólo fue más acusado que en España en Chipre, donde la cota subió 9 puntos.